CAPITULO XX

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Zara había decidido saltearse el resto de las clases, estaba disfrutando de la tranquilidad del silencio y su mente en blanco

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Zara había decidido saltearse el resto de las clases, estaba disfrutando de la tranquilidad del silencio y su mente en blanco. Cuando se le ocurrió el plan, les mandó un mensaje a sus amigos, avisándoles que estaría él el techo del gimnasio y que no se encontraba bien y quería estar sola.

Se había pasado el resto de las horas pintando y ahora se encontraba mirando con el ceño fruncido su obra.

Se trataba de una familia en una cocina, colores cálidos entraban por las ventanas y las cuatro personas se encontraban sonriendo. Parecían felices.
Sabía perfectamente lo que su mente le estaba tratando de decir. Hace ya semanas que convivía con los Folks y que ya se sentía parte de la familia pero todavía estaba reacia a mostrarlo.

¿Qué sucedería cuando por fin cediera? Les estaría dando el poder de abandonarla y herirla como su manada había hecho.

Pero los Folks no eran como ellos, al menos eso se repetía ella para calmarse.
Quería ceder pero su mente parecía impedirselo. Como si esperara algo.

Con este pensamiento en mente, el timbre sonó, dando fin a la cursada de clases. Zara guardó todas sus pertenencias en su mochila y comenzó a bajar las escaleras. Mientras bajaba, sus pensamientos volvieron a la pobre Madeline, quien, por más que no le cayera bien, debía estar sintiéndose muy rara por estar cerca de su primera transformación. Recordaba que ella estaba muy nerviosa pero los Folks la habían acompañado en todo momento. Se compadecía de la chica, todo el tiempo fingiendo algo que no eres...debe ser agotador.

Otra vez la alarma de incendio comenzó a sonar pero esta vez fue acompañada por un aullido de auxilio. Zara actuó rápidamente y comenzó a correr en dirección del aullido.

Pasillo tras pasillo, reconoció el olor de Maddy. Aceleró y pegó un grito cuando su cuerpo chocó contra otra persona. Al acomodar su cabello, visualizó al rubio que venía también al rescate.

Se miraron por unos segundos pero Zara fue quien corto el contacto visual y se adentró en el laboratorio.
A ambos los recibió una ola de calor proveniente del fuego cuyas llamas ardían cada vez más fuerte. Maddy se encontraba con sus ojos de loba y algunas venas en su cuello y manos.

Zara solo podía ver el fuego, sintió como su visión cambiaba y su loba interna trataba de salir.

-Rhydian ve por ayuda- el rubio siguió mirando el fuego, estático.- ¡Ya!- gritó Zara mientras lo empujaba.

Rhydian pareció reaccionar y salió corriendo. Maddy y Zara cerraron la puerta del laboratorio, la castaña estaba rechazando con todas sus fuerzas la transformación. Zara, al tener un poco más de experiencia y control, podía mantenerse de pie pero el humo estaba comenzando a hacerle picar la garganta.

-Tenemos que ayudarla- dijo Maddy mientras tosía. Zara asintió.

-Eso haré pero debo sacarte de aquí Maddy-

-No sin Shannon- Zara notó como los ojos de Maddy amenazaban con cerrarse.

-Lo siento pero no te estaba preguntando- murmuró Zara mientras tomaba de los brazos a Maddy y la dejaba recostada en el pasillo. Chequeó su pulso y pupilas, y al quedarse más tranquila al ver que todo rastro lóbulo había desaparecido, se adentró de nuevo en el laboratorio.

Zara ya empezaba a toser mientras trataba de pasar alrededor del fuego para buscar a Shannon. La pelirroja se encontraba tirada en el suelo pero desconocía si estaba consciente o no. Zara sabía que tenía que sacarla rápidamente porque era la que más humo había inhalado.

Cuando pudo llegar al lado de Shannon, le tomó el pulso y suspiró aliviada al saber que este seguía fuerte. Tomando una de sus últimas buenas bocanadas de aire, tomó impulso y agarró a Shannon pero se le dificultaba la tarea ya que Zara ya se encontraba muy débil.

Mientras esto pasaba, Tom y Rhydian llegaban a la puerta con Jeffries en el otro pasillo, sacando el matafuegos.

-¡Maddy! ¿Estas bien?- pregunto rápidamente Tom mientras se sentaba frente a ella. Maddy asintió débilmente. Miró a Rhydian con culpa.

-¿Donde está? ¡¿Donde está ella?!- gritó desesperado Rhydian.

-Adentró con Shannon- murmuró Maddy.

Zara seguía tratando de levantar a Shannon pero le era imposible. Suspiró aliviada al saber que había más gente afuera que las ayudarían. Así que su nuevo plan era tratar de que ma pelirroja abriera los ojos. Se sentó y apoyó la cabeza de la chica en sus piernas.

-Shannon. ¿Shannon puedes escucharme?- ninguna señal de parte de la chica por lo que Zara comenzó a darle pequeñas palmadas en el rostro.- Shannon, necesito que abras los ojos, ¿me escuchas?-

Shannon comenzó a parpadear hasta que pudo abrir un poco los ojos, pero los cerró rápidamente al ver los ojos amarillos de Zara. ¿Qué clase de monstruo era? ¿Será una alucinación como efecto del humo? Había podido jurar que vio esos mismos ojos amarillos en los de su mejor amiga cuando esta estaba en el laboratorio.
¿Qué eran?

-¡Zara! ¿Zara estás bien?!- antes de que pudiera contestar, vio cómo Rhydian aparecía entre el humo.

-¡Tom, ayúdame!- gritó Rhydian. Corrió hacia la rubia y la tomó entre sus brazos. Tom hizo lo mismo con Shannon y ambos sacaron a las chicas y las sentaron en el suelo del pasillo.

-Las salvaron- dijo Maddy con un intento de sonrisa. Rhydian sonrió levemente pero volvió a fruncir el ceño al escuchar toser a Zara.
La rubia se encontraba tratando de volver a una respiracion normal pero se notaba que estaba bien. Zara le devolvió la sonrisa que Maddy le regalaba.

Shannon, por su parte, comenzó a toser fuertemente mientras volvía a abrir los ojos. Con ayuda de Tom, se pudo sentar y se tranquilizó al ver a su amigo.

-Shannon- la llamó Maddy, esta se volteó a verla pero su rostro decayó-¿Estás bien?-

-Vi.. Vi.. Pensé ver..-

-Estás bien Shan, ya pasó- la tranquilizó Tom.

Sin embargo, Maddy y Rhydian compartían una mirada llena de preocupación. Y Zara solo quería irse a casa.

El día de Zara no se había acabado porque en el momento que llegó a su casa fue envuelta en un abrazo oso. El olor característico de Dean la envolvió y, por primera vez en todo el día, por fin se sintió tranquila.

-Unos padres nos Hablaron del incendio. Estábamos tan preocupados- habló Dean mientras le acariciaba el cabello. Zara rió ante el mimo tan cariñoso, tan Dean.

-Dean, cariño, déjala respirar por dios- el hombre le hizo caso y tuvo la intención de retirar sus brazos pero, sorprendiendolos a ambos, Zara lo detuvo y se volvió a refugiar entre los brazos de su padre adoptivo.

-Todavía no- Dean la abrazó con más fuerza y miró a su mujer con lágrimas en los ojos.

Eleonor aprovechó el momento y, con mucho disimulo, tomó una foto de ellos dos abrazados. En la foto se aprecia a como Zara estaba ocultando su rostro en el pecho de Dean y lo abrazaba con fuerza.

Zara, a pesar de sus nuevos problemas, por fin había entendido que su familia era su refugio. Ya no sentía la necesidad ni tenía las fuerzas de resistirse. Y por más que tuviera problemas con Rhydian, compañeros, o con otros wolfbloods, sabía que siempre podía volver a refugiarse en los brazos de ellos y que ellos la protegerían con su vida.

Por fin lo había entendido.

Por fin había cedido.

𝒊𝒏𝒗𝒊𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒔𝒕𝒓𝒊𝒏𝒈, rhydian morrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora