Capítulo 2

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Resuelvo la reunión con la Junta Directiva y nombro a un CEO interino. Noticia que sorprende a los miembros de la junta, pero que me tienen sin cuidado sus protestas o cuestionamientos sobre mi decisión.

—Es lo que deseo hacer —hablo, colocándome de pie, caminando hacia la puerta principal de la sala, mientras abotono el saco de mi traje—. Soy el accionista mayoritario de Label SJ, así que... —Estoy por decirles que sus opiniones pueden meterselas por el orto, pero el chiquillo al final de la habitación que me mira perspicaz, sabiendo lo que pienso, me obliga a ser diplomático—... Sin nada más importante que tratar, me marcho. ChangMin queda a cargo. —Toco el hombro de mi CEO interino—. Sus quejas y reclamos hágaselas saber; él sabrá manejarlas.

Y salgo de la sala con un murmullo alzándose a mi espalda y mi hermoso novio detrás mío.

— ¿A dónde iremos de vacaciones? —pregunta DongHae, entusiasmado, con una flamante sonrisa, mientras sostiene una libreta donde anota mi itinerario diario.

Su emoción me contagia, porque siempre he podido contar con él; nunca se niega a ninguna de mis locuras y me sigue la corriente en todo. Es una persona que sé nunca me abandonará y quien no está conmigo por el dinero, sino por quien soy en realidad.

—A París —respondo y él se detiene abriendo los ojos por completo.

—Pensé que no saldríamos de Asia, que sería cuestión de unos días.

—Planeo un viaje largo por varios países, así que no serán solo días, sino meses. —Me acerco y acuno su rostro—. ¿Te arrepientes de ir conmigo?

DongHae niega agitando la cabeza.

—Si sientes que necesitas este tiempo, estaré complacido de acompañarte. —Me sonríe y se coloca en la punta de los pies para picotear mis labios en medio del pasillo—. Solo debo avisarle a mi madre y preparar la maleta.

Observó los labios finos y pequeños de DongHae y no me conformo solo con picos fugaces. Entonces, uno nuestras bocas en un beso lento que busco intensificar al sujetarlo de la nuca, pero que él rompe, abochornado.

—En la oficina no —enfatiza, mirando a todos lados, cerciorándose que nadie nos haya visto. Su sonrojo es lindo; le apenan las muestras excesivas de cariño en público, sin importar que todos en la empresa sepan de nuestra relación.

—Llama a mi suegra. Lo que necesitemos lo compramos allá, porque tenemos que abordar el avión en menos de una hora —comento, mirando mi reloj de pulsera—. Nos vamos de mochileros con lo necesario.

DongHae niega con la cabeza, mientras sonríe con diversión, sabiendo que no tengo remedio. Y cómo lo planeé, antes de que sean las diez de la mañana, estamos subidos en primera clase hacia Francia con una escala en Alemania. Solo llevamos una maleta de cuero pequeña con nuestros documentos de identidad, pasaportes, un sobre de papel cerrado, los celulares y un portátil. Llegamos luego de doce horas de vuelo y nos hospedamos en un hotel de lujo, llamado Sangri-La, cerca de la Torre Eiffel. Hotel que es un edificio palaciego construido a finales del siglo diecinueve.

Nuestra habitación está ubicada en los pisos superiores. Es amplia, las paredes de color crema, con una cama doble, baño privado, una sala pequeña y un balcón, que posee un mesa, cuatro sillas y varias materias con plantas de flores llamativas.

Llegamos a la ciudad cerca de la medianoche. Nos instalamos, aseamos, cambiamos los trajes por pijamas y batas que se podían comprar en el hotel y cenamos en el balcón, con una espectacular vista de la Torre Eiffel, que a esa hora está encendida de un llamativo color amarillo, iluminando la noche estrellada.

Matrix: Beautiful LiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora