Pasado de Kirishima Eijirou

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Aviso: es un capítulo muy corto ya que Bakugo lo encontró cuando era un bebé, así que mostraré más la historia de la madre de Kirishima y el cómo llego a ese árbol, sin mas que decir, comiencen.

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Una pobre madre acababa de parir, corría con su único bebé que logró sobrevivir ante el estrés que sintió durante el parto.

Corría y corría del depredador, su pobre cría lloraba y lloraba, el estrés la consumía ¿Por qué termino en esta situación? Así es...por el.

Años atrás se encontraba una panda roja que había vagado por el enorme bosque en busca de un lugar seguro, necesitaba tener un buen lugar para cuidarse y mantenerse segura.

En su búsqueda encontró una interesante cabaña en medio del bosque, se veía en buen estado, cierta curiosidad empezó a brotar de ella.

Al acercarse escucho un ruido provenir de aquel lugar, escondida detrás de un árbol miro atenta a los movimientos.

De ahí salía un hombre alto, cabellos rubios brillantes con un extraño mechón negro y ojos ámbar, limpiaba su frente del sudos a causa de un día agotador.

Sostenía su hacha en su hombro e iba caminando de vuelta a su hogar en busca de descansar.

La panda viendo a la amenaza lejos, se acercó más y vio una interesante bandeja con comida. Lo medito y no había nadie cerca, teniendo sus dientes a punto de tocar aquel apetitoso sandwich, un grito indignado se escucha.

- ¡Hey desgraciado! ¡Ese es mi sandwich y yo soy quien trabajo todo el día para que un panda rojo de la nada venga y se lo coma! - lo miraba enojado e indignado, se acercó apurado y alejo al panda del sándwich. - Esto, es mío. - comió un pedazo del sándwich en frente del panda con una sonrisa pero al ver los grandes ojos y con hambre del tierno animal, miro al cielo suspirando y partió su sandwich a la mitad. - Solo eso te mereces por intentar robarlo. -

La panda ni lo miro y trago la comida, no había podido conseguir comida y necesitaba comer con urgencia.

El rubio miro asombrado la velocidad con la que comió aquel sandwich, si que tenía hambre pensaba. Se dirigió dentro de su cabaña y cuando la panda estaba por marcharse lo vio volver con un sándwich entero.

- Atrapa, se ve tu hambre a distancia. - lanzó el sándwich el cual cayó directamente en la boca del panda. - Hey buena atrapada hermano. - sonrió y se acercó poco a poco, aquella panda estaba bastante cansada como para intentar defenderse, así que dejo al extraño acariciar una de sus orejas. - Oww, eres una cosita, si te vas a quedar durante un tiempo te llamaré Cosito jaja. -

La panda lo miraba y se dejaba acariciar, le daba confianza y sus instintos eras buenos.

El rubio se sentó mientras acariciaba la cabecita del animal, que al parecer se empezaba a dormir ante las caricias, lo colocó en su regazo.

- Mierda, no te dije mi nombre, bueno, si me escuchas mientras duermes me llamo Denki Kamina-... - al parecer al ponerlo panza arriba en su regazo, noto cierto detalle en el animal. - Oh, parece que ahora eres Cosita jaja. - lo llevo a su cabaña, vaya aventura vendría para aquellos compañeros.

Pasaron exactamente un año y dos meses. Un día normal y corriente, aquel Denki Kaminari cortaba leña para el fuego, cansado decidió ir adentro. Al entrar vio a la panda entrar por su entrada "secreta" aunque la noto rara. Desde hace algunos días tenía más hambre de lo normal y su pancita era más obalada.

Se acercó a levantarla con cuidado y se dirigió a su habitación para revisarla. Viendo la pancita de su pequeña mascota, vio algo que aparecía a veces en los animales, sobre todo las hembras.

El Flautista - Katsudeku/DekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora