Capítulo ocho

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Han salido a muchas y variadas citas durante la semana: cenas, museos, exposiciones y paseos ... además se han mensajeado constantemente, teniendo largas conversaciones durante el día o hasta muy entrada la noche.

Myungjun no perdía oportunidad para demostrar el interés  y atracción que sentía hacia el omega y Jinwoo ya estaba con una disposición más abierta a recibir ese tipo de atención. Aunque si, a veces se mostraba parco, pero se demostraba que estaba bajando la guardia... y eso también le comentaba Sanha a su jefe cuando le informaba sobre las conversaciones que tenía su omega Bin con el omega de su jefe. Así que las esperanzas iban en aumento. 

— ¡Hijo mío! — Jun estaba trabajando en unos planos cuando la puerta de su oficina fue abierta de golpe y una mujer elegantemente vestida entró con los brazos abiertos — ¡Ven a darme un abrazo!

Sanha entró corriendo detrás de ella y MyungJun lo miró de mala manera por lo que el asistente levantó los brazos haciendo alusión a que no pudo atajarla.

— ¡Mamá! — ante la prueba mejor fingir agrado así que imitando el gesto de su progenitora extendió los brazos para abrazarla sonriendo cinicamente. 

— Como siempre tan guapo — lo tomó de los hombros y lo alejó para escanearlo de pies a cabeza — te extrañe — volvió a abrazarlo apretado.

— Me asfixias mamá. 

— Suelta a Mj, Jeyin — habló ahora un hombre mayor entrando a su oficina junto con su hermano Dongmin.

— Hola papá — saludo Mj siendo aún apretujado por su madre.

— Déjame Seo, extraño a mis bebés — reclamó la mujer soltando a Mj para después caminar hasta Dongmin y estrecharlo en un abrazo también.

— A mi ya me abrazaste mamá — comentó el más alto, pues efectivamente primero fue asaltada su oficina con la visita de sus padres. 

— ¡Ay! Son malos los tres conmigo — se quejó al tiempo que hacía un puchero.

— Ven acá mamá — habló Mj abriendo los brazos otra vez al tener compasión de la mujer.

Ella corrió feliz a abrazarlo, pero de un segundo a otro comenzó a olfatear su cuello y luego el pecho.

— ¿Qué haces mamá? — preguntó Dongmin alzando una ceja.

Sanha y el padre de los Lee miraban extrañados a la mujer y MyungJun por su parte se había puesto tenso ante la acción de su madre. 

— Hueles dulce, tienes un aroma dulce impregnado.

Las alertas se accionaron en MyungJun, Dongmin y Sanha que se miraron con pánico por una fracción de segundo.

— Debe ser mi nuevo perfume — acotó rápido Mj apartándola de él.

— Mamá, abrázame a mi ahora — se acercó Dongmin en un intento de distraerla, pero la mujer lo frenó poniendo una mano al frente.

— Alto ahí Lee Dongmin — advirtió la mujer mirando inquisitiva a su otro hijo que tragó en seco — Mj, ven a acá.

El condenado dio un paso al frente. La mujer volvió a olfatearlo y sus ojos se abrieron en grande.

— ¡¿Tienes un Omega?!

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— No te diré quién es — se negó Mj volteando los ojos al cielo. Su cabeza descansaba sobre una de sus manos que a su vez se apoyaba en la mesa sobre su codo. Su cara era de fastidio claro pues su madre llevaba media hora interrogándolo.

I wan't smell you - MJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora