Capítulo catorce

158 24 44
                                    



0ooOoo0


Despertó un poco mareado y agotado. Este celo estuvo más intenso que cualquier otro que allá tenido. No quería pensar mucho en ello, porque cada pensamiento buscando una causa o un por qué solo lo llevaba a Jun. O la única excusa razonable que encontraba era que: este celo había sido especialmente intenso, por encontrarse en pareja.

En pareja... sonaba raro, pero aún así sonrió muy amplio. A él y a su lobo les gustaba la idea de cómo sonaba eso.

Pero la sonrisa se le voló de golpe cuando recordó "esa" llamada telefónica hace dos días. Ahora su rostro estaba rojo como un tomate, por lo que golpeándose sus mejillas trató de esfumar "esos recuerdos" que como una película pasaban por su mente.

Como no funcionaba para nada, ahogó un grito de desesperación y se dejó caer sobre su almohada. Que puso luego sobre su cara para gritar y patalear frustrado por todo lo que su cerebro le recordaba.

<<Alfa, ven, te necesito>>

<<¡No! ¡Te quiero a ti!>>

<<Eres tú mi alfa, quien me pone así>>

<<Muérdeme, mi alfa>>

<<Todo tuyo, alfa... mgh ~>>

— AAAAHHHH!!!! — la almohada se estrelló contra la puerta de su habitación — eres un idiota — se regañó a sí mismo mirando su reflejo abatido y furibundo en el espejo de cuerpo completo que tenía frente a la cama.

Se levantó perezoso y lento comenzó a limpiar su habitación: recogió papeles y guardó los potes de lubricante; dejó los "juguetes" en el lavamanos del baño; retiró toda la ropa de cama, que metió en la lavadora y abrió ventanas para ventilar. Una vez satisfecho, fue a la ducha, donde después de lavarse bien, durante mucho tiempo se mantuvo bajo el agua, con la vista fija en un punto de los azulejos. Se sentía bien el agua cayendo sobre su contracturado cuerpo, sus músculos se estaban relajando.

Pero...

...su cerebro buscaba mil y una formas de enfrentar a Jun cuando se volvieran a ver, y todas terminaban en tartamudeo y sonrojo.

Enojado cerró el agua y salió.

Cuando estaba a medio vestir sonó el timbre. El miedo se apoderó de él. ¿Y si era el alfa? Se quedó parado estático en medio de su habitación con la mente en blanco. Maldijo a su Anosmia por no permitirle oler anticipadamente para saber si efectivamente era Myungjun.

El timbre sonó por segunda vez.

A lo hecho, pecho. Así que salió de su habitación tragando el nudo que se le había formado en la garganta.

Terminando de ponerse la camiseta, miró primero por el visor de la puerta comprobando que era Bini. El alma le volvió al cuerpo. "Gracias Diosa Luna, por tu infinita compasión"

— Buenos días, ¿por qué no entraste? — abrió la puerta y se giró entrando a la casa. Su voz sonó monocorde — sabes la clave de la cerradura.

— Buenos días, no quería molestarte por si dormías. Trajé de comer — entró saludando de muy buen humor y dejó las bolsas sobre la mesada de la cocina.

— Perfecto, tengo demasiada hambre.

— ¿Muy intenso? — le preguntó con picardía.

Jinjin lo miró quisquilloso. Bin le respondió alzando sus cejas en un gesto sugerente.

I wan't smell you - MJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora