Capítulo diez

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Hace rato habían llegado al restoran. Los platos estaban servidos pero ninguno de los dos era capaz de hablar. Uno por los nervios de la incertidumbre sobre lo que debían decirle y el otro nervioso por lo que tenía que decir.

— Estoy un poco ansioso — finalmente Myungjun decidió hablar — quiero saber de qué querías hablarme.

— Lo siento — apresuró a disculparse Jinjin — es que es un poco difícil decirlo.

— ¿Quieres terminar con las citas? — anticipándose a un supuesto fracaso externalizó su mayor medio respecto a esta conversación: Que Jinjin le dijera que no quería seguir siendo cortejado por él — es decir, no es como que hayamos empezado algo, pero para evitarte problemas me iré ahora... gracias por las citas previas. Fue un placer conocerte, Jinwoo — se puso de pie. Su postura expresaba derrota. Su corazón estaba roto y su aroma a tristeza inundó el lugar llamando la atención de comensales cercanos a su mesa.

— Espera... ¿a dónde vas? — el omega lo sostuvo de la manga.

— Me retiro para que no tengas que darme explicaciones...

— No, Myungjun... no estás entendiendo...

—Déjemos esto hasta aquí Jinjin... ya comprendí que debo retirarme y no molestarte más... — quitó la mano del omega de forma delicada de su manga y se dispuso a retirarse.

— Mi omega te extrañó

Myungjun se detuvo en seco al escuchar eso y volteó lento hacia el otro. Su cara expresaba sorpresa y hasta cierto grado incredulidad.

El omega seguía sentado pero su cabeza estaba gacha, el suelo era la mejor vista ahora. Algo de sonrojo se dejaba asomar tras el flequillo en sus mejillas.

Despacio, Jun retornó a su asiento.

— ¿Es cierto?

— Es difícil explicarlo... nunca me había pasado... pero hasta hice un nido.

Myungjun casi se atraganta con su propia saliva. Su anticipada derrota ahora se transformaba en celebración interna. Su alfa saltaba y aullaba como loco dentro de él.

— No se que decir... — su cerebro había dejado de funcionar pero su corazón estaba desbocado en su pecho.

— Es un poco vergonzoso — el omega levantó la vista hacia el alfa y Jun se derritió ante la imagen más tierna que ha visualizado en la vida: un Jinjin sonrojado y tímido. Su cerebro sacó una foto mental para guardarla por los siglos de los siglos en su memoria — mi omega me dominó... me dio pena no verte esta semana y por instinto hice un nido. Ahí me encontró Bin unos días atrás...

— El día que necesitabas escucharme — no fue pregunta, fue afirmación. Jun estaba que explotaba de la emoción.

— Fue la única forma en que se nos ocurrió calmar a mi omega. Ya que no puedo oler... solo tu voz en ese momento lo calmó.

— Y... y ¿cómo se siente ahora?

— Está vuelto loco... solo quiere abalanzarse sobre ti — confesó bajando la mirada y sus mejillas pasaron de rosado tenue a rojo furioso de golpe.

Por su lado, Jun estaba que se desplomaba en la silla por el impacto... saber que estaba provocando esas sensaciones en el omega de Jinjin lo tenían al borde del frenesí... pero debía controlarse por Jinwoo. Al maestro le estaba costando mucho sincerarse con el alfa y Jun no podía arruinar eso.

— No sabes... no dimensionas lo feliz que me hace escuchar eso — confesó de forma tranquila, aunque por dentro estaba eufórico.

— Yo no sé qué sentir... — nuevamente bajó la vista.

I wan't smell you - MJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora