Capítulo 10: Buscando solución

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Era otra mañana tranquila en Chicago. En el departamento de Andy, totalmente en silencio y sin señales de Karen, el Niño, se levantó para iniciar con su rutina diaria, y así, dirigirse a la escuela, rogando para que Omar no le estuviese molestando por Megan. 

Andy, saliendo de su cuarto, ya cambiado, notaría que ni su Madre estaba en la cocina, cómo era de acostumbre encontrarse, así que revisó su celular para estar seguro de que ya hubiese entrado a trabajar.

Lo más extraño de todo el asunto, era que ni la muñeca se presenciaba, o al menos por un momento. Sabía el chico que normalmente la Androide merodeaba por la sala, pero aquel día, no fue así. 

Por fortuna, un mensaje le llegó en ese momento, y era de la mujer, quién escribiría esto. 

"Andy, tuve que tomar un turno matutino en el trabajo, y por esa razón no estoy en la casa. Dejé tu desayuno en la mesa para que la puedas calentar. Ya volveré en la noche."

Hasta ahí, todo parecía que el mensaje era normal, común, cómo todos los avisos que frecuentaba la madre de Andy.

No sin antes de que otro texto se le escapara por mencionar a esa joven, la cuál fue lo siguiente. 

"Te pido que razones con Megan sobre lo de anoche. No quiero verlos discutir otra vez".

Irritante y con las irracionales ganas de querer silenciar a su nuevo juguete, no tuvo más opción el Niño que llamar cómo loco a la Robot, quién no daba ninguna evidencia de su presencia.

Esto, por unos segundos había impresionado a Andy, creyendo que se fue de la casa, pero decidió no sacar más conclusiones y alzó la voz. 

— ¡Megan! ¡Megan! ¿Estás aquí?— le dijo lo más que pudo el Niño, dando vueltas por la residencia.

Pasaría por todas las habitaciones con las que se topaba, llegando así al cuarto de su Mamá, y allí, sorpresivamente, en un abrir y cerrar de ojos, la halló.

Estaba sentada, estática, Megan. Recibió de su muñeca, un cautivante rostro que le expresaba todo su sentimiento y pesadumbre.

Andy, convencido de que la situación solo sería de manera rápida, la sacó de su sitio, sabiendo que no pudo reposar al no estar en su cojín de recarga.

Una vez que la enderezó un poco para mantenerla de pie, y que lo viera fijamente, sus disculpas no se tardaron de contar.

La Androide rubia, siguiendo con esas heridas de sus comentarios, actuaba ese ligero, pero muy crudo dolor por dentro de su sistema. 

— Megan, tengo que hablar contigo, porque mi Madre, me enseñó a hacer esto desde pequeño.— fue lo que le mencionó Andy. 

— ¿De que hablarás esta vez, Andy? ¿Sobre esa pelea que tuvimos en la cena?— le dió a entender Megan, fingiendo que no le interesaba.

— Si-si Megan, y sé que sigues lastimada por todo lo que confesé en la mesa, pero eso se puede olvidar. ¿Sabes? Por eso he venido aquí para arreglarlo.— quíso convencerla el Niño.

Megan mostraba una impresión de su usuario primario, sin embargo, para corroborar que sus palabras eran estrictamente correctas, llegó al analisis de emociones. 

"Arrepentimiento"

"Culpa"

"Desilusión"

"Perdón"

No era ninguna broma de mal gusto. Finalmente, Andy se había recuperado de toda esa rabieta que hizo esa noche. Ya estaría dispuesto a disculparte. 

Enemigos de Acero | Megan contra ChuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora