Capítulo 24: La Salida

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El pobre muñeco no podía entender muy bien cómo es que Megan tenía las intenciones menos impensadas de ella, y ante todo, que con el serrucho qué conducía con ella, cada vez lo acercaba muy suavemente por la camisa de Andy. El pelirrrojo se había sorprendido al ver eso.

Quedando cómo un juguete regular y sin efectos, hasta ese momento, la androide rubia pudo pasar por el escáner, el paradero de su pequeño compañero. Sabía que se escondió por debajo de la cama. Por ello, esos horripilantes ojos siguieron incrementando por su luz.

Una vez que también Falyn y Pugg estaban armados, se contaron a dar los primeros golpes con la muñeca al juntarse, para así, abalanzarse con ella, por lo cual, Megan saltó.

Andy, estaba por hacerlo, de no ser qué porque la robot, apoyándose de su propia arma, pudo alcanzar a tener el rodillo de cocina, del que amenazaría durante un tiempo a su dueño. 

— ¿De verdad vivirás con estos hipócritas maleducados que solo te han hecho ser algo que no eres, Andy?— preguntó más tenebrosa Megan.

— ¡No te dirijas a mis amigos de ese modo! Yo no tengo nada que decirte a eso Megan. Cuida tus palabras.— amenazó de su lado Andy.

— Oh, ¿Enserio usuario? ¿Y qué recibiré a cambio si me niego a hacerlo?— cuestionó en un tono más burlesco la muñeca. 

— Si te niegas, te vamos a aniquilar entre nosotros. Te aseguro que no somos unos maricas, cómo tu crees que somos.— se lo dijo muy seguro Pugg.

— Ustedes no deberían de intervenir en mis propios asuntos con Andy. Yo soy su protectora, y yo lo cuidaré de las personas más despiadadas que conoce.—

— ¿¡Me estás diciendo que Falyn y Pugg son despiadados?!— le dudó en un tono más alto el castaño.

— Si, son despiadados, y más de lo que tu crees Andy. No puedo dejarte a la disposición de estos niños que te han hecho pensar que soy una idiota posesiva.— se negó así la rubia.

— ¡Si! ¡Así cómo Chucky eres una posesiva! No es ninguna idiotez. Aquí, la única muñeca quién es realmente despiadada eres tu.— la ofendió así su propio usuario.

Para lograr que Megan se detuviera ya con sus expresiones, el Chico sacaría nuevamente su pala de jardín, queriendo dar un ligero ataque con el juguete, sin embargo, la de vestido claro fue más lista. 

De manera similar, cómo Pugg y Falyn, no se dejó llevar por los toques, y así, evadió con mucha simplicidad aquella pala, para así, pegar vagamente con el rodillo, el rostro de Andy.

— ¿Despiadada? ¿Yo? ¿Y Chucky? El no aparecerá, y trató de ayudarme para que tus amigos no cambien otra cosa de ti. ¿Después de todo lo que he hecho por ti, Andy?— 

— Te dije que me tenías harta con todas mis protecciones que negaste, y ahora que Chucky me contó lo que en verdad piensas, no tengo más opción que matarte a ti.— lo dijo indignada el juguete.

Falyn, oyendo esa atrocidad por el lado de la de moño oscuro, agarró a escondidas el sartén, para así, lograr que Megan se alejara de su amigo, con un impacto implacable por su cabeza. 

Debido al impacto, la muñeca se volvió a caer, al no tener más equilibrio, pero eso no le bastó para que lo perdiera, pues resultó en sostenerse, cómo era de creerse para una androide.

— ¡No lo matarás! Te alejarás de el aunque tu maldito sistema te lo diga. Si lo amenazas, ya verás cómo terminarás, Megan.— se interpuso Falyn.

— Vaya vaya Falyn, lo has defendido otra vez. Bueno, es algo muy tierno, pero si no fuera por mi rencor, lo creería.— lo mencionó la muñeca, fingiendo sorpresa.

Enemigos de Acero | Megan contra ChuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora