Capítulo 15: Confía en mi

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Mientras que Megan ya venía en camino al colegio central de Chicago, Andy llegaría, con su mochila cargando, y a toda velocidad rumbo a su Salón, después de que la hora le hubiese ganado con sus clases, cosa que lo hizo sentir más presuroso. 

El castaño, corriendo lo más pronto que pudo a lo que era el número de su sala, por los carteles que se podían encontrar por fuera de estos. Al fin se tranquilizó al ver el suyo. 

Se acercó aceleradamente a lo que era la clase, la cual, era de Matemáticas. El colegio estaba dividido de sus salones por cada materia de los alumnos, contando con un gran patio. 

En dicho espacio del receso, allí, normalmente los deportistas, jugaban algunas partidas de Basquetbol, o Fútbol, si es que era lo contrario.

También, incluía una sala de música, de arte, y de fotografía, acompañado de los pasillos con unos casilleros, lugar en el que el chico colocaría todos sus demás cuadernos y libros. 

No podía hacer falta lo que era la cafetería principal de la escuela. 

Andy, se presentó a su aula, al tener que correr bastante para alcanzarlo. Avanzó a la puerta, para que así, la abriera, y se llevara con la noticia de que la materia había iniciado sin el. Llegó tarde.

Se maldijo el igual, por prestarle atención a Megan, anterior a marcharse de su casa, pero se detuvo con sus insultos, para mirar a su alrededor, y luego, a su profesor.

Sus compañeros, expresaban las mismas caras que Andy veía venir, y ni siquiera eran expresiones. 

Con seriedad, el hombre, aprehendió las explicaciones del nuevo tema, para fijarse en su estudiante, a quién se le notaba con mucha urgencia, y quién respiraba fatigado debido a su corrida. 

— Vaya vaya jóven Barclay. ¿Ahora que excusa tendrá que decir para este retraso en mi materia?— cuestionó el maestro, en un tono que aparentaba, a que el Niño le debía una respuesta. 

El de chaqueta roja, y para designar su cara a su superior, se quitaría el gorro de su vestimenta, para que así, le pudiese contestar. 

Andy no evitaba de ver a los otros chicos y chicas del salón, hasta la parte trasera. Lo estaban viendo por narices, sin que supiera porqué. 

— Lo lamento. Tuve algunos compromisos, y no pude llegar temprano a clases. Le prometo que esto no volverá a pasar, señor Smith.— perdonó así Andy.

El profesor, unos segundos preliminando que las preguntas le sondeaban con su estudiante, pasó de largo su respuesta, continuando así con su labor, y al mismo tiempo la clase.

— Abran sus libros de álgebra, en el Capítulo 4. El día de hoy, hablaremos sobre las ecuaciones y sus características.— dió una pausa el señor de mayor edad, atisbando de vuelta al Niño. — Toma asiento en tu pupitre.— le dijo. 

El castaño, obedeció, comenzó a caminar, con las manos en los bolsillos, y con sus materiales escolares, a su banca designado. Se sentó con ímpetu. 

Andy, ni le hacía caso a sus compañeros. Todos los chicos de la sala, lo seguían observando muy quietos, y ya el Chico se sentía vigilado. 

Por aquello, se colocó el gorro otra vez, evitando ese contacto visual, no si fuera porque escucharía unas risitas ligeras a lo lejos. 

Al girarse, mientras hojeaba las páginas de su libro, se encontraría con un grupo de muchachos, que, por la ropa que traían puesta, apostaba a que eran amigos de Omar.

Las burlas no cesaron con el joven Chico. Andy quería pedirles que pararan con la broma, sin embargo, no lo hizo, haciendo caso omiso.

Fingió que no le importaba, llamando así sus oídos a las instrucciones de su profesor, por lo cual, el Niño ya no se quería enterar de lo que lo rodeaba. 

Enemigos de Acero | Megan contra ChuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora