Capítulo 4: Escucha a tu corazón

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Al día siguiente fue la misma rutina tanto en los Kamado cómo en las Kocho.

Se levantaron, se arreglaron, desayunaron y se fueron a la academia.

Tanjuro dejo a sus hijos en la entrada y se fue y Kanae se estacionó en su lugar de siempre, Kanae y Shinobu se fueron al salón de maestros mientras que Aoi y Kanao se fueron a su salón.

Todos entraron y tomaron su lugar, el primero en llegar fue el pelirrojo que veía como Kanao y Aoi estaban entrando.

Tanjiro:
—Buenos días Kanao—dijo con una buena sonrisa.

Kanao:
-—Buenos días Tanjiro—

Tanjiro:
—Buenos días Aoi—

Aoi:
—Buenos días Tanjiro—

Tanjiro:
—Oigan sería posible tener sus números de celular, para platicar un poco más después de clases—

Aoi/Kanao:
—Claro—dijeron con una sonrisa.

El maestro todavía no llegaba por lo que Tanjiro decidió hacer plática con las chicas en especial Kanao.

Después de intercambiar números de celular se pusieron a hablar de cosas básicas cuando conoces a alguien nuevo.

Esa bella plática fue interrumpida por un azoton de puerta que fue el maestro entrando, todos del miedo se quedaron sentados y bien quietos en sus sillas.

Sanemi:
—Ok buenos días, mi nombre es Sanemi Shinazugawa y seré su maestro de matemáticas—decía con una cara de pocos amigos lo que le empezaba a dar miedo a la clase.

Sanemi:
—Sere claro, nadie hable si no le doy permiso, nada de salidas al baño, pongan mucha atención a los temas porque no los volveré a repetir, conmigo no esperen pasar tan fácil, todas las tareas las entregarán únicamente el día que les indique y pobre del que sorprenda copiando en el examen, porque estará reprobado en automático, ¡¿Quedó entendido?!—

Todos:
—¡Si!—con una cara de pánico.

Genya:
—Pero hermano—

Sanemi:
—¡Nada de hermano!, ¡Aquí soy el maestro!, ¡Te quedo entendido!—

Genya:
—Si—bien asustado.

Después de una hora esa clase que fue un martirio para ellos acabo.

Sanemi:
—Bien los veré el jueves—se va.

Tanjiro:
—Nunca me dijeron que había un maestro tan cruel aquí—con cara de agotado.

En eso los espanta otro azoton de puerta y todos se quedaron sentados y callados.

Iguro:
—Buenos días soy Obanai Iguro y seré su maestro de física—era como Sanemi pero con un tono más suave.

Iguro:
—Bien los quiero callados todas las clases, todos cumplirán con sus tareas y estarán atentos en clases, no quiero escándalo, ¿Entendido?—su serpiente siseo al terminar.

Todos:
—¡Si!—bien asustados.

Esa clase fue otro martirio para ellos pero para su suerte paso la hora y acabo.

Iguro:
—Bien los veré el jueves—se fue.

Tanjiro:
—Por favor que el siguiente maestro tenga piedad con nosotros—dijo con cara de explotado.

Kanao:
—Kanae, Shinobu, ¿Dónde están?—dijo extrañando a sus hermanas que eran dulces con ellos.

En 5 minutos llegó el siguiente maestro que para suerte de ellos era muy dulce.

Enamorado de una mariposa (Tanjikana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora