Hyunwoo estaba furioso. Sin embargo, pensó Minhyuk, esa furia limpia e incandescente era algo que él podía manejar. Cuando se convertía en el ser que había sido con Nayeon, Minhyuk temía por su alma.
—Háblame de tu infancia —le pidió—. Cuéntame cómo es crecer en un mundo de ángeles.
—Lo haré, pero primero te meterás en la cama y te traeré algo de comida.
Al darse cuenta de que esa era una batalla que no deseaba ganar, Minhyuk se libró de la toalla y se puso una de las camisas de Hyunwoo mientras él iba a la otra habitación a buscar la comida. Las aberturas de la espalda quedaban holgadas alrededor de sus alas, pero no encontró nada con lo que ceñírselas. Tras decidir que no merecía la pena molestarse en buscar las escurridizas hebillas, se sentó tranquilamente en la cama a esperar a que él regresara. Hyunwoo se detuvo unos instantes al verlo.
—Me sorprende que hayas obedecido una orden.
—Soy una persona razonable... siempre que la orden lo sea.
Un brillo de diversión iluminó el azul ártico de sus ojos mientras el arcángel dejaba la bandeja de aperitivos en la parte del colchón que quedaba entre ellos.
Luego colocó los vasos de agua sobre la mesita y se sentó en la diagonal opuesta a él. Habían estado en esa posición otras veces, pero en esas ocasiones anteriores Hyunwoo ocupaba el lugar en el que ahora se encontraba Minhyuk.
Muy consciente de la sutil distancia que los separaba, Minhyuk cogió un diminuto sándwich relleno de lo que parecían rodajas de tomate.
—¿Y bien?
Pasó un buen rato antes de que Hyunwoo empezara a hablar.
—Es una alegría crecer entre los ángeles. Por lo general, se mima y se consiente a los infantes. Ni siquiera Nayeon dañaría el corazón de un pequeño.
A Minhyuk le resultó difícil de creer. No obstante, Nayeon se había levantado una vez de la cama para liberar lo que ella consideraba un pájaro atrapado. La arcángel no se comportaba siempre como la malvada bruja del oeste, por más que a Minhyuk le hubiera gustado encasillarla en ese papel.
—Mi infancia fue de lo más normal, salvo por el hecho de que mi padre era Siwon y mi madre, Hyojung.
Minhyuk dejó escapar un suspiro.
—¿Eres el hijo de dos arcángeles?
—Sí. —Hyunwoo se volvió para contemplar las montañas, pero Minhyuk sabía que no eran las cumbres nevadas ni el cielo estrellado lo que veía—. Aunque no es algo tan afortunado como podría parecer.
El cazador permaneció en silencio, a la espera.
—Siwon era casi contemporáneo de Qiàn. Tenía tan solo unos mil años más que ella.
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Renacido
RomanceUn año después de haber sido brutalmente herido, el cazavampiros Lee Minhyuk se despierta de un coma largo y reparador convertido en ángel. Un ángel con alas del color del amanecer. Un ángel que debe acostumbrarse a luchar y a amar con sus nuevas ar...