La Pieza Que No Encaja

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10 De Mayo -10:30pm

Fue un día muy agotador, desde que desperté todo se ha venido acumulando de a poco. Las pesadillas, Rossemberg, la Dra. Landong, los dolores de cabeza, y recuerdos que nunca se van.

Decidí irme caminando a casa desde el restaurante donde laboro para despejar mi mente y tomar aire. Ya falta poco para las vacaciones de verano y debo apresurarme con mi trabajo investigación final, pues se supone que con eso terminaré mi ciclo de estudios en la universidad y así podré presentarme el año que viene para hacer el doctorado.

A pesar de contar con una beca en la universidad decidí buscar un empleo de medio tiempo para cubrir mis gastos y guardar dinero para poder viajar, hacer una gran donación al orfanato, comprar un auto y abrir mi propio consultorio donde pueda ayudar a los veteranos de la guerra a superar sus traumas y a muchas otras personas cuyas vidas difíciles no han permitido que su salud mental sea la apropiada.

El restaurante queda entre Shattuck Av. & University Av. Que está a unas pocas calles de la universidad. Recuerdo que pasé varias semanas buscando empleo y otras cuantas intentando encontrar donde vivir hasta que lo logré, un pequeño apartamento en Curtis Street al Noreste de la ciudad. Adaptarme al cambio después de estar acostumbrado al orfanato fue algo difícil, pero tenía que hacerlo ya que Garden Stars queda a las afueras de Berkeley hacia el sur llegando a Emeryville.

Entro por la puerta principal del edificio y subo hasta el segundo piso por las escaleras, llego al pasillo que conduce a varias casas incluyendo donde vivo y camino hasta la puerta de mi apartamento el número 215. Introduzco la llave, la giro hacia la derecha y abro la puerta de entrada.

-Ya te habías tardado Axel.

Doy un brinco involuntariamente y siento como mi corazón se acelera por la sensación de sorpresa, luego me doy cuenta de que estoy de espaldas a la puerta y mis dos manos están pegadas allí también. Dirijo la mirada hacia la voz y veo a Rossemberg sentado en el sofá con su pipa en la mano y ambas piernas cruzadas en posición de comodidad «¿Qué acaso no tienen ningún respeto a la privacidad?».

-¿Cuál es tu maldito problema Rossemberg, quieres matarme de un susto?

-Lo siento chico- Dice mientras se lleva la pipa a la boca y fuma un poco, luego expulsa el humo y me mira-.No era mi intención espantarte.

-Vete al diablo.-Suspiro con una sensación de alivio-.¿Podrías dejar de entrar así a mi casa? ¿Y cómo es que lo haces?

-No hay tiempo para eso. Tenemos que irnos. Todo está listo. Es hora de empezar.

-¿Al menos me dejas comer? Muero de hambre.

-Comerás en el camino. Andando.

-Espera. Debo empacar mi libreta.

-Por cierto, Axel-.Añade mientras dirige su mirada al baño.

-¿Qué quieres?-.Pregunto irritado.

-¿Por qué no hay espejos en esta casa? ¿Y por qué el único que hay lo cubres con una toalla?

-No es asunto tuyo.

-Si que eres un chico raro.

-Eso me dicen siempre.

-¿Puedo quitarla de ahí? Tengo que peinarme un poco.

-No, no puedes. Y usas un sobrero Ross, como un maldito vegete. No necesitas peinarte.-Me mira con desgano y blanquea los ojos.-Ya vámonos, debo ir mañana temprano a la universidad.

-Ok.

Salimos del apartamento, bajamos las escaleras y salimos del edificio con cautela, luego caminamos una cuadra hacia el carro robado de Ross.-No puedo creer que no me di cuenta de que estaba allí cuando venía del trabajo-.Comenté.

Harland. En la mente de un asesinoOnde histórias criam vida. Descubra agora