J: ¿Terminaste de masturbarte? Ya sabes, cuando quieras, ya ves que no se está haciendo noche y que no nos están esperando.
X: No me lo digas como si fuera toda mi culpa.
J: ¡Ja! Y ahora resulta que es mi culpa también que seas un maldito adicto.
X: Pues sí, si este camino no estuviera tan lleno de lugares donde hacerlo y no estuviera tan seco, no me darían ganas.
J: Te recuerdo que este camino lo elegiste tú, el señorito no quería ir por el otro donde claramente había más gente y mucha sombra. No, elegiste "el camino de la grandeza" y ahora estamos aquí.
X: No dijiste nada cuando te pregunté por dónde querías ir.
J: ¡Como si me hicieras caso! Pero igual no te voy a negar que si estamos aquí o si hubiéramos estado allá no me hubiera opuesto a ninguno de los dos, ya sabemos cómo te pones cuando te contradigo, el punto ahora es salir de aquí lo más rápido posible, y eso incluye que dejes de pararte a jalar el ganso cada que se te ocurre.
X: Y si dejas de hacer que pasemos por lugares tan difíciles, la última vez casi no la libramos.
J: Ya te dije que era importante pasar por ahí, no te puedo decir ahora por qué, pero cuando estemos lo suficientemente lejos verás que era lo mejor, además de que hubiera sido más fácil si... adivinaste, no te hubieras detenido a darte amor.
X: Claro, me tienes que castigar por eso, pero a ver, al fulano que encontramos en la estación de trenes el otro día ¿por qué no le hiciste nada? Claramente era un asesino y un violador, y no solo lo dejaste ir, sino que lo dejaste ir con el cofre lleno de joyas.
J: Ah eso, ¿recuerdas el champagne que bebimos todos esa noche? El suyo tenía algo que no le gustará en un par de días, pero de nuevo, no puedo hablar mucho al respecto, no te corresponde a ti saberlo, pero créeme que obtuvo más de su merecido.
X: Otra vez con tus malditos misterios, siempre es lo mismo, misterio en cuanto a tu apariencia, misterio en tu voz, misterio con cada maldita cosa que haces, siempre jodido misterio. Ya todos sabemos que en realidad es una mentira para ocultar que nunca haces nada. ¡Maldición! A veces creo que solo eres una alucinación por el calor o algo así.
J: Ah, demonios, vamos a volver otra vez a tus dudas de niño de secundaria, como si no hubieras visto lo suficiente, a ver... ¿esto es real? (le suelta una bofetada).
X: ¡Maldita sea! ¿Qué te pasa?
J: Si yo fuera una alucinación eso no hubiera dolido, vamos, ayer cenamos pescado frito, tú no sabes cocinar eso, sé que eres algo estúpido, pero por lo menos debiste tomar eso en cuenta antes de preguntar en voz alta.
X: ¿Sabes qué? Me voy de aquí.
J: ¿Enserio serías capaz de abandonarme?
X: ...no, supongo que no, tarde o temprano tendría que regresar.
J: Y...
X: Ni siquiera sé dónde estoy.
J: Y....
X: Bueno, todo el equipaje y suministros los traes en tu mochila.
J: Y... vamos, dilo, sé que quieres.
X: Y... supongo que después de todo esto... te quiero.
J: ¡Eso quería escuchar! vámonos ya, perdimos demasiado tiempo con tus estupideces y tus pajas.
X: Enserio lamento lo de hace rato. Creo que me puse algo loco, sé que puedes ser a veces algo extraño y eso me hizo perder la cabeza.
J: No te preocupes amigo, yo sé que a veces soy un poco brusco contigo, pero debes admitir que nunca me hubieras seguido si me hubiera presentado como el fulano cursi y plano que muchos creen que soy.
X: ¿Alguna vez podré amarte en tu verdadera forma?
J: Evidentemente sí, escucha, parece que no ha cambiado nada desde que te saqué de ese basurero, pero recuerda que cuando nos conocimos me odiabas.
X: Es cierto, y lo pero era que tenía que fingir que me caías bien, pero si no hubiera pasado lo que pasó al final hubiera intentado asesinarte o algo por el estilo.
J: Tienes razón, jajajaja, si no te hubieras asesinado a ti primero claro está. Pero no te preocupes por eso ahora, aún nos queda un largo camino por recorrer, al final de todo ¿Quién sabe? Tal vez realmente puedas amarme de verdad.
X: ¿Y crees que alguna vez alguien me pueda amar como realmente soy?
J: ¿Lo dices por la chica que vimos en la estación de gasolina abandonada? ¡Sabía que sentías algo por ella! ¡Cómo te encanta negar cuando eso pasa!
X: ¿Si o no?
J: Pues mira, seré sincero, en tu estado actual probablemente nadie te querrá nunca, es obvio que aquí y allá te encontrarás a alguien que te soporte un poco más, y claro que yo te quiero... y mucho, aunque lo olvides tan seguido sabes muy bien lo que estoy dispuesto a hacer por ti. Pero anímate, recuerda que lo que eres ahora no es el verdadero tú, aún tengo mucha mierda que quitar.
X: Estoy cansado y realmente necesito un baño.
J: Calma, ya casi llegamos, solo es cosa de recuperar el tiempo perdido. ¡Y quítate ya esa maldita mochila, las cosas las traigo yo y te ves ridículo!
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Cuentos de mientras se mira por la ventana
AdventureEstaré publicando pequeños cuentos que espero que me ayuden a corregir y editar para meterlos en concursos y así.