Sencillamente no podía

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Había una vez, en un lugar muy muy lejano un pequeño gato negro, el gato vivía en el bosuqe con una bruja que era hermosa (más por hechizos que por verdad) y aunque sabía que moriría su amor no lo dejaba escapar.

Una noche mientras dormía, el gato vio una luz entre los infinitos árboles. Era un ángel.

El ángel abrió la ventana y el gato obtuvo su libertad.

Inmediatamente supo que podría correr libre y encontrar mas gatos como él para nunca más estar solo.

Pero el maldito hechizo de la belleza lo paralizó frente al umbral.

Al amanecer el gato seguía ahí. Por la noche escapó. A la semana regresó. Después de un mes no volvió jamás. Después de un año dejó de ser libre. A los 5 años... Y a los 10...

Cuentos de mientras se mira por la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora