fourth.

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Pedro se había visto más de quince veces en el espejo mientras se media diferentes chaquetas, ninguna parecía convencerlo. Hoy tendría su primera cita oficial con Gavi, porque tomar café caliente, té o chocolate en las bancas mientras hablan y terminan dormidos en el sofá después de una pequeña sesión de mimos no contaba cómo una cita.

Todo iba de maravilla con su chico, ambos iban lento y con calma, disfrutando del dulce amor que compartían, eso sí, aún sin tocar los labios del otro, pero Pedro ya se conocía el rostro de memoria de Gavi de tanto que lo había besado mientras se daban lindos mimos, eran realmente pura miel.

Pedro sonrió al espejo mientras se acomodaba una olvidada cazadora de cuero que tenía al final de su armario, la prenda le quedaba perfecta con la sudadera azul oscuro y esos ajustados jeans negros que tanto había pedido Ferran que se pusiera para su cita.
Ferran, Ansu y Nico los habían estado staneando desde la distancia-no-tan distancia, ya que se la pasaban con la oreja pegada a la puerta y vigilando por las cámaras que habían en la habitación de Pedro y su pequeño pasaban la mayoría de su tiempo, eran realmente molestos y lindos.

El timbre de su teléfono cuando llega un mensaje rompió el silencio de su habitación y rápidamente corrió a ver de quién provenía el texto, y como lo sospecho, era de Gavi.
Era una foto del menor, simplemente de como estaba vestido, y solo podía ver de su cuello para abajo pero casi le da un infarto.

Gavi realmente iba a llevar unos de esos adorables suéteres que no son de su talla y de un ligero color rojo bebé, con unos ajustados jeans blancos que iban a la perfección con su aura de bebé y sus rellenitos muslos, muslos que Pedro siempre ha querido acariciar y mimar aunque no pensará mucho en ese aspecto.

No respondió el mensaje y salió rápidamente de casa, tomando dos de sus máscaras favoritas guardandolas en uno de los bolsillos de su chaqueta junto a su teléfono, para luego salir disparado de su apartamento hasta la calle para pedir un taxi y poder llegar a tiempo a su esperada cita.

[...]

Gavi tamborileaba nerviosamente la mesa del restaurante donde había quedado con Pedro para cenar y poder tener un cita decente, el mesero se acercó de nuevo con intención de pedir su orden, aunque parecía que quería más que pedir una simple orden de Gavi

— ¿Esperas a alguien hermoso? — El chico estaba apunto de sentarse frente a él cuando la mano de Pedro lo detuvo.

— Sí, alguien que ya llegó — Uso "la voz", cómo solía decirle Ferrán a la voz de mando de Pedro cuando estaba fastidiado, y en éste caso, celoso.

El chico retrocedió instantáneamente y se disculpó haciendo una reverencia bastante penosa, Pedro se sentó frente a Gavi y le sonrió ampliamente, estirando su mano para tomar la del menor y dejar un beso en el dorso de esta, arrancándole una risa tierna y un sonrojo suave.

— Ha llegado su acompañante para hoy, Señor Gavi — Bromeó su amigo con una reluciente sonrisa, aún sin dejar de sujetar la mano delgada y pequeña de Gavira.

— Llegó a tiempo, Señor Pedro — El chico de los cafés le siguió la corriente con una sonrisa deslumbrante. Después de su confesión, se había vuelto más seguro y ya no le daba vergüenza mostrar su hermosa sonrisa a Pedro, quién disfrutaba de verla, y las si el la provocaba.

— ¿Que te parece si pedimos para llevar? Tengo una idea — La voz emocionada del mayor propuso al menor, Gavi accedió con un asentimiento, un tanto confundido pues él pensaba que solo cenarían, darían una caminata y luego a sus hogares.

Pedro se levantó de su lugar, aún sujetando la mano de Gavi, quién imitó su acción y dejo ver su hermosa figura con aquellas prendas, se veía incluso mejor que en aquella foto, Pedro reprimió las ganas de silbarle y hacerle un cumplido a su acompañante cuando el mesero llegó trotando a ellos.

— ¿Ya van a ordenar? — El chico especto un poco nervioso mientras era seguido por la mirada, ahora endurecida, de Pedro.

— Si, queremos una porción de rollos California, frijoles negros con carne de acompañamiento y con condimentos para los dos, todo para llevar, porfavor — Pidió Gavi amablemente a el chico, quién le sonrió nerviosamente por unos segundos antes de irse por dónde llegó, siendo seguido por la mirada de los dos chicos. — Eres intimidante, Pedri.

Pedro dejo se fachada dura a un lado y abrazo la cintura del menor con suavidad mientras balanceaban juntos, riendo y bromeando un poco. Realmente estaba disfrutando mucho aquella cita, y eso que apenas estaba comenzando.

Después de unos minutos, el chico volvió con dos bolsas de plástico con el logo del restaurante, Pedro pagó con su tarjeta, agradecieron y se fueron tomados de la mano, siendo seguidos por las miradas de algunas personas del restaurante.

— ¡Oh! ¡Casi lo olvido! — Pedro se detuvo ante el restaurante antes de seguir caminando y rebusco las máscaras en el bolsillo de su cazadora.
Gavi miro como Pedro buscaba rápidamente algo en sus bolsillos, y pareció encontrarlo pues suspiro aliviado y saco dos máscaras del bolsillo izquierdo de su chaqueta; una máscara negra y otra blanca.

— No puedo dejar que nos vean, Peque — Le sonrió antes de colocarse la negra y luego acercarse a el castaño claro para colocar la de osito, acariciando la piel sonrojada y suave de sus mejillas, dejando un beso en estás después de poner la máscara. — Ahora sí, ya podemos irnos.

Y emprendieron camino a el parque más cercano, haciendo una parada a petición de Pedro para comprar una manta y un par de golosinas en un mini-market. Ambos chicos caminaron por las calmadas calles de Madrid a esa hora de la noche, ambos tomados de las manos y conversando entre murmullos y susurros cómplices.

Después de caminar diez minutos, llegaron a el parque con una sonrisa, pues, para su suerte, el lugar estaba completamente vacío, o eso creían ellos.

Pedro tendió la manta en el pasto frente a la zona de juegos para niños y se sento sobre ella, agradeciendo que fuera lo suficientemente grande como para que cupieran dos personas y una cena.

— ¡Bienvenido a tu picnic nocturno de primera cita! — Exclamó el mayor mientras palmeaba el lugar libre a su lado, ganando una sonora carcajada por parte del menor.

Gavi se sentó a su lado y empezo a desempacar la comida mientras hablaba de algunos temas triviales con Pedro, quién escuchaba atentamente a el menor. Después procedieron a comer entre risas, coqueteos tiernos, suaves caricias, y la sudadera de Pedro manchada de salsa de soja mientras comía un pedazo de sushi.

Terminaron de comer y recogieron la basura entre risas para luego abrazarse y tumbarse juntos en la manta, Pedro abrazando la cintura Ra de Gabi y este con su espalda pegada al pecho del mayor, olvidándose totalmente de que tenían que ponerse las máscaras. La luna brillaba en lo alto y era testigo del amor dulce de aquellos chicos, quienes se repartirian caricias casi involuntarias mientras hablaban en susurros.

Pedro no paraba de mirar los labios rosados del chico entre sus brazos que hablaba animadamente sobre algo que le había contado Ansu que realmente lo tenía sin cuidado, el solo se concentro en los labios rosados del menor, sintiendo las fuertes ganas que tenía por besarlos.

Pedro tomó las suaves mejillas del más bajo entre sus manos y las acarició, su piel estaba totalmente caliente y sonrojada bajo sus pulgares, provocando  una sonrisa de amor sincero a Gavi, quién se repita una y otra vez en su cabeza que aquello no era un simulacro.

Pedro se inclinaba hacía los labios del chico de los cafés, quien solo se dejó hacer, disfrutando de los mimos en sus mejillas y sintiendo sus labios hormigear de anticipación ante la unión con los de Pedro, y así paso. Los suaves labios del mayor de juntaron lentamente con los de Gavi, quién cerro los ojos al instante y se dejó llevar por la gloriosa sensación de ser besado por el chico que le gustaba.

Pedro se sentía en el cielo, los labios del menor eran dulces y suaves, con un ligero sabor a un chupetín de manzana, estaba disfrutando muchísimo de aquello, sintiéndose en un embriagador trance mientras movían lentamente sus labios sobre los del menor, quién soltó un jadeo cuando su lengua rozo el labio inferior de este.

Se separaron y se sonrieron enormemente, para luego levantarse y recoger sus cosas, sin tomar en cuánta a las dos chicas que trataban de callar sus gritos y chillidos mientras enviaban las fotos de Pedro y Gavi besándose a sus amigas

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perdón la tardanza😭

coffe boy | pedri, gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora