sixth.

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Ambos llegaron a la habitación de Pedro, quién la compartía junto a Ferran pero ahora no estaba ahí, no le importaban las personas que los miraban y trataban de tomarles fotos y videos, igualmente ya la foto de ambos besándose en el parque estaba por todas partes.

A Pedro parecía no importarle para nada tener la mirada de todos sobre él, pero Gavi se sentía intimidado mientras todos lo miraban cómo si fuera carne fresca en un bosque lleno de lobos hambrientos, murmurando cosas sobre él y Pedro, haciendolo sentir incómodo y abrumado.
Pedro lo notó rápidamente y lo envolvió en un protector abrazo por la cintura cuando estuvieron dentro del edificio, siendo presenciados solo por el recepcionista.

— Perdóname, Pablo... — la voz quebrada de Pedro rompió el silencio del lugar, y también el frágil corazón de Gavi, quién levantó su cabeza y se pego a el mayor cómo si de un imán se tratará. — Todo esto es mí culpa, si tan solo hubiera prestado atención ese tiempo, esto no estuviera pasando, y no estarías tan herido y asustado.

Pedro se estaba echando toda la culpa de la situación que ambos estaban pasando y eso rompía en mil pedazos el corazón del menor, quién sólo se dedico a acariciar las mejillas del mayor con delicadeza y a dejar un suave beso en los labios, olvidándose en el lugar que estaban

— Pedro, mírame... — Pidió Gavi con un hilo de voz, rápidamente captando la atención del chico. — Tu no tienes la culpa de nada, cariño... De absolutamente nada. — Susurro y dejó un último beso en los labios del mayor, sorprendiendolo demasiado; el hecho de que lo llamó "cariño" y porque lo había besado más de cinco veces en los cortos veinte minutos que llevaban parados en la recepción de su hotel.

Pedro asintió y le sonrió de manera tranquila apesar de estar gritando de ternura y desesperación por dentro y tomo la cintura del más bajo y ambos caminaron hasta el ascensor abrazados con dulzura.

[...]

Cuando llegaron al cuarto de Pedro, Gavi sonrió de ternura al ver aquel pequeño desorden y un preocupado Pedro recogiendolo todo y disculpándose. Ambos simplemente se sentaron en el sofá del mayor a consolarse con pequeños mimos y palabras de amor, besos y caricias suaves por encima de la ropa delgada de cada uno.

— Eres tan precioso y adorable, bebé. — Pronunció el mayor por lo bajo mientras besaba el rostro del menor con dulzura.

Los suaves labios de Gavi seguían al ritmo de Pedro a dura penas y sus manos no paraban de acariciar la espalda del mayor sobre la ropa pero sus dedos puxaban por poder tocar aquella piel que sabía estaría llena de pecas y lunares que se encargaría de besar.

El beso se volvió más intenso pero no dejo de ser dulce, Rando cómo la ampalagosa miel, hasta que la lengua de Pedro pidió permiso para buscar la de Gavi, quién acepto y se sorprendió al ver cómo Pedro no dejaba de besarle con tanta pasión y dulzura. Ambos estaban recostados en el sofá, Pedro sobre Gavi, ambos besándose tierna y sensualmente, solo en presencia de ellos mismos y sin nada por lo que preocuparse, solo de que sus cuerpos, piel con piel, se toquen.

Sería una larga noche para ambos.

coffe boy | pedri, gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora