eighth.

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Era demasiado temprano para el gusto de Pedro cuando sintió la ausencia del cuerpo de Gavi a su lado en la cama, afuera estaba lloviendo y su habitación era una mezcla de café, pan recién hecho y el peculiar olor de la lluvia otoñal.

Con una sonrisa y muy pocas ganas de ir a entrenar, se levanto de la cama y se dirigió a el baño para hacer sus necesidades y cepillar su dientes y tratar de hacer lo mismo con su cabello, no quería que Gavi lo viera como una desastre en la mañana.

- Deberías dejar de tratar de peinarte y venir a desayunar conmigo, Pedrito... - la suave voz de Gavi lo saco de su pequeña pelea con el cepillo y su cabello, haciéndolo sonreir mientras dejaba el infernal objeto en el estante a su lado.

- ¿Desde cuándo tan confianzudo, Pablo?- trató de sonar duro pero la enorme sonrisa en su rostro y el aterciopelado tono de su voz lo hacían ver tan masculino y precioso que Gavi sintió que iba a caer de rodillas frente a Pedro cómo una gelatina.

Ambos rieron por lo bajo mientras Pedro se acercaba a el y rodeaba su cintura pequeña con sus fuertes brazos, envolviendolo en un protector abrazo por la espalda mientras dejaba pequeños besitos en las mejillas sonrojadas de Gavi a medida que ambos avanzaban, aún abrazados, a la cocina.

Pedro, a duras penas, soltó a Gavi para dejar que sirviera el desayuno de ambos y terminará de hacer lo que parecía pan con miel. Verlo moverse con agilidad por la cocina mientras solo llevaba sus bóxers y una enorme camiseta de Pedro hacía que esté imaginarás un millón de cosas; ambos manteniendo una relación, viviendo en la misma casa, luego casándose y teniendo un pequeño niño y un lindo cachorro. Estaba tan absorto en sus pensamientos sobre sus ilusiones de un futuro con Gavi que no notó cuando el menor puso un humeante plato de pan con miel y una taza de café frente a él.

- ¿Pedro? - lo llamó el menor a su lado mientras sostenía una taza de té de menta a su lado. Aquel suave llamado lo saco de su ensoñación y miro el plato frente a él con una sonrisa. - Parecía que lo que estabas pensando era muy bonito, no parabas de sonreír y mirar mi espalda.

Y así paso la mañana; ambos desayunaron juntos, bromearon, vieron la tele de ese día mientras cantaban y bailaban canciones, ambos en pijama en la habitación, bailando la romántica canción con mucha calma. Luego de su precioso momento bailando la canción en la sala de Pedro después de haber desayunado, Pedro se baño primero y luego Gavi, quien entro a el baño con la cara sonrojada al ver el cuerpo semidesnudo y mojado de su futuro novio

La lluvia todavía era fuerte y parecía no querer parar, pero eso no impidió que ambos chicos salieran del lugar para ir al edificio, pero les sorprendió encontrar el edificio casi desierto, a excepción de Busquets, Ferran, Nico y algunos otros jugadores que estaban charlando.

El mayor miraba a todos con una expresión seria mientras apegaba a el tímido Gavi a su lado, abrazándolo de manera protectora mientras avanzaban a la oficina de Luis Enrique, Ferran los saludo con una sonrisa tierna y los ánimo un poco antes salir corriendo detrás de Nico, quien llegó a saludarlo y de paso robarle un pequeño beso a el castaño. Ambos sonrieron un poco hasta que los ojos inquietos de Pedro divisaron a Luis en la puerta de la oficina de él, se veía nervioso y un poco ansioso, hasta asustado, pero eso no termino de sorprenderlos, sino también al ver a su entrenador en el Barcelona, Xavi a su lado, hablando tranquilamente con el impaciente Luis.

- P-Pedro... - la voz entrecortada de Gavi llamó su atención, lucía un poco más pálido de lo normal y sus ojos estaban apunto de soltar lagrimonas enormes. Pedro sabía lo que estaba pasando, había visto a Gavi tener un ataque de pánico hace unas semanas cuando dejó caer un café sobre los zapatos de una chica fotógrafa, y estaba pasando lo mismo justo ahora.

- Tranquilo, peque, todo saldrá bien, calma - acunó el rostro del menor en sus manos y dejó un beso en su frente mientras acariciaba sus mejillas y lo alentaba un poco, para luego abrazarlo y dejarlo refugiarse en su pecho.

Luego de que Gavi estuvo calmado, ambos se acercaron a los dos hombres junto a la puerta de la oficina, saludaron a ambos con una torpe reverencia, ganándose una sonrisa leve de Xavi. Luis los miraba con algo de reproche y nerviosismo mientras entraban a el lugar.

- Luis me ha contado sobre tu situación sentimental con el jóven Pablo... - empezó diciendo el hombre mientras se sentaba en el escritorio de Luis y miraba una hoja con fotos que estaba enmarcada donde aparecía todos los jugadores convocados al Mundial. - Sabes que no puedo aceptar que estés saliendo con uno de los jugadores, Pedro. No tengo ningún problema con tus gustos, es tu vida, a el fin y a el cabo, pero sí quieres ir al mundial, o dejas a Gavi, o el tiene que lamentablemente no ser convocado, ustedes deciden. Recuerden las reglas allí en Qatar, son estrictas con las parejas homosexuales.

Y así sin más, Xavi se levantó del escritorio y salió del lugar, dejando a todos con una expresión algo sorprendida. Gavi apretó la mano de Pedro antes de levantarse del sofá y salir a corriendo con lágrimas en los ojos a devolver su desayuno a el baño, siendo seguido por el más alto, quien se arrodilló a su lado y frotó su espalda con cuidado.

- Calma, Peque, nada de esto nos va a separar, si es necesario renuncio a ser convocado y te veré en los partid-... - fue cortado por un pequeño y sorpresivo beso que Gavi le robó.

- No tienes que abandonar tu sueño por mí, Pedro... - le sonrió débilmente y se metió entre los brazos de Pedro, quien sonrió suavemente y lo miro con un poco de preocupación. - Yo decidiré no ser convocado, pero no creas que te desharas de mí, me tendrás allá en Qatar, mirándote en los partidos.

Y aquellas palabras lograron hacer reír a el mayor mientras estrechaba a Pablo contra su pecho y dejaba besos en su frente. Ambos, tiradas en el suelo del baño, se estaban reconfortado tan tiernamente que Lewandowski desde el otro lado de la puerta sintió envidia del amor que él había deseado tener con el menor, pero aquello acabo cuando cayó en cuenta de lo que había hecho y salió del lugar con han sonrisa amarga, dejando a los chicos en el baño dándose cariñitos torpes y tiernos.

coffe boy | pedri, gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora