Diecinueve/Veintiun años.
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Para muchos es fácil decir que no. Para mucho es fácil negarse ante lo que se dice, lo que se le piden con ese tono lleno de manipulación que tu cerebro te repite que está mal, pero ella no puede controlarlo, por miedo.
¿Pero cuál miedo en realidad?
Cuando Lisa se internó, su doctora le cito que no usara ninguna pastilla para dormir pero ella era muy adicta a eso en aquel momento. Había intentado hacer muchas cosas, razón por la que las veces que tenían que darle inyectarle un tranquilizante, más enfermeras salían a supervisarla. Tenían miedo de que, Lisa recayera después de lo tremendos síntomas de depresión que estaba sobrellevando.
No paro en ningún momento de pedirle ayuda a su doctora, le decía que era un juguete y que no se sentía suficiente, que a su hermano lo extrañaba mucho. Ni un día dudaba en preguntar por él, pensando en que era lo que hacía, y lloraba demasiado, tanto porque realmente lo amaba, ella pensó que eso era amor.
Todavía tenía esa imagen de ellos pequeños, y Lisa hubiera deseado volver a renacer solo para hacer las cosas bien. Traer de vuelta a ese hermanito suyo que solo le preocupaba sacar buenas notas y que quería hacer orgullosa a su madre y padre.
Hasta que, la doctora le dijo que, efectivamente, tenía que olvidarse de él. Y claro que lo hizo, pero, los ataques de asma, la dependencia hacia YoonGi a pesar de tener trabajo, vivir sola y conseguir paz, las pesadillas, su baja autoestima y de querer no arruinarlo todo. Ella estaba feliz en esa ciudad, fría, pacifica. Sus amigas Chaeyoung y Mina todavía esperaban por ella.
No podía callarse más. No podía volver a cometer el mismo error una y otra vez.
Siempre fue una chica vulnerable, haciendo lo que todos dicen que haga, nunca se permitió ni un segundo tomar decisiones, y que más daba, si todas terminaban mal.
Esta vez, le rogaba a Dios; con todo el miedo del mundo que cargaba entre sus hombros, que por favor todo saliera bien.
Se viste con rapidez, dejándolo dormir con tranquilidad. Abre la puerta sin esperar y la cierra con cuidado, con mucho cuidado. Son las ocho de la mañana y todo transcurre perfectamente, pero el clima es una cosa diferente, y sus nervios que produce su cuerpo es otra.
Es inevitable, que no tiemble cuando dejo a TaeHyung solo, corre hacia la cocina para dejarle una nota, que volverá. No puede dejarlo ¿verdad?
Se lo prometió cuando la estaba tocando. La escena se planta en su cabeza, dándole un dolor terrible en el estómago.
Lisa se siente asquerosa, tan asquerosa cada vez que recuerda lo que paso ayer. Quiere bañarse pero eso sería durar una hora en la bañera y no desea absolutamente nada más que salir. No deja de llorar ni tampoco de temblar, sus pasos van lentos cuando quiere caminar rápido, sal, sal, sal antes de que se despierte.
Porque si se despierta ella no tendrá otra opción que volver a él, con sus ojos grises suplicándose que se quede y la culpabilidad recorriéndola. Esta vez, Lisa no quiere volver a repetir lo que la Lisa de dieciséis años cometió.
De en vez de quedarse con sus padres, se fue con TaeHyung. Y allí, empezó toda una pesadilla.
Aunque sabe que después de lo que va a hacer, probablemente nadie la quiera cerca. Y lo entiende claro que sí, por eso necesita arrancar parte de la culpa y quedarse con el odio que le van a transmitir.
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❝sleep on it❞ › taelice.
De TodoTaeHyung ama a Lisa. Lisa ama a TaeHyung. TaeHyung y Lisa aman los cariños que ambos proponen, ellos no saben y nada más ven en la televisión los que las parejas hacen. Charlotte no sabe qué hacer, ¿cómo controlar todo esto cuando fue principalment...