42- El Sueño

270 18 11
                                    

Mientras Sheila dormía yo me quedaba embobado mirando las facciones de la pequeña que acunaba entre mis brazos. La sentía pequeña y frágil. Era tan tierna con esa nariz respingona y chiquitita y esa boca de labios finos. Tenía muchas ganas de ver sus ojos, pero aún el color no estaba bien definido. La acababa de conocer y ya la amaba, no como a Sheila pero de una manera muy especial e infinita como es el amor paternal.

El parto había ido perfectamente. Aún no habíamos avisado a nadie de la família para que sea más íntimo y para que mis dos pequeñas puedan descansar tranquilas.

Cuando las dos niñas de mis ojos se habían quedado dormidas, me empecé a fijar en la habitación de hospital. Era toda de color blanco, tenía una sola ventana por la que no entraba mucha luz, además la cama de Sheila estaba al lado de la ventana, al lado de esta una pequeña mesita de madera y delante de ella la cunita de la bebé.

Llamé a Charlie para que no se preocupara por nosotros. No contestaba. Le habrían quitado el móvil en aquel hospital... Después llamé a Ross. Él me contestó pero algo agitado:

-Matt, Charlotte no está bien, la han metido en el quirófano de urgencia. Tengo que colgar, te avisaré mas tarde de todo lo ocurrido.

Una batalla se libraba delante de mí, quedarme con mis princesas o ir con mi hermana. No quería perderme los primeros pasos de mi beba pero tampoco deseaba abandonar a mi hermanastra en los que podían ser sus últimos minutos de vida.

De repente, alguien tocó la puerta
Se abrío muy despacio dejando ver al que había llamado mi atención en esos momento de indecisión.

Esa cara no podía llevar nada bueno, era un hombre alto, de pelo canoso, barba descuidada, además llevaba unos vaqueros viejos y una camisa blanca algo manchada.

-¿Qué haces aquí?

-Quería ver a mi nieta.

-¿Cómo has sabido que estabamos aquí?

-Matt, esa señora mayor que había en el aeropuerto es tu abuela.

-¿Matthew? -dice Sheila algo desorientada-.

-Buenos días querida.

- ¿Que hacer usted por estos andares?

- Visitar a mi hija.

- Ah.

-Matthew te quería hacer una pregunta, ¿Por que no vas con tu família en vez de hacernos recordar momentos no satisfactorios?

-Matt, no ves que no tengo a nadie mas, sois lo que más quiero en esta vida. Aunque en el pasado no me haya portado muy bien con vosotros, tenéis que entender que era muy joven y que poco a poco lo he aceptado y que os valoro muchísimo. Os quiero y eso no debéis dudarlo nunca.

-¿Y que esperas después de todo esto?

- Espero que algún día os déis cuenta de que lo único que intento en este momento es volver a unirnos como família que somos y poder conocer a esa pequeñina que estoy seguro de que será la niña más dulce del mundo.

Con la cabeza gacha se largó no primero sin dejar una caja de color lila con un lazo azul celeste encima de la mesa.

- Has sido algo duro con él.

- Lo siento pero era momento de sacarlo - le doy un beso en la cabeza y la abrazo-.

Los dos nos quedamos mirando a nuestra pequeña cuando me acordé de la llamada. Se lo conté todo a Sheila, empiezó a hipar y lloró en mi hombro. Nos abrazamos y sentí que eramos uno sintiendo las mismas emociones en ese instante.

Cuando la tensión en el ambiente se fué, telefoné de nuevo a Ross. Ésta vez me contestó algo más tranquilo:

- Está estable -suspiró-.

-Menos mal -resoplé-. Escúchame, amigo. Cuida bien de mi hermana, no voy a poder estar ahí. Quiero estar en los primeros momento de mi hija, no me la quiero perder. Tampoco quiero dejar a Charlie sola, pero sé que tampoco está sola. Al igual que yo elegí a Sheila, ella te eligió a ti y yo lo respeto. Así que: ¡Suerte, amigo y cuidaros mucho!

Colgué y me tumbé junto a Sheila mientras conversabamos de todo lo que había pasado con detalles mientras el otro no estaba.

Finalmente me quedé dormido y soñé con una niña hermosa y rubia que se escapaba de mis dedos, segundo a segundo iba creciendo, iba marudando y yo la iba viendo cada vez más perfecta quizá porqué lo era, quizá por el cariño que suponía su mera existencia o tal vez por predecir un poco de todas esas experiendias que me va a aportar. Finalmente, ví a una Sheila más madura pero igual de preciosa que siempre cantándole una nana y de repente sus labios se separaron para llamar a la bebé por el nombre de Aisha.

Se lo expliqué a Sheila, le pareció perfecto, se lo dijimos a la bebé y cuando lo escuchó comenzó a sonreir. En ese momento supimos que ese era el nombre que buscabámos.

***************
¡Nuestra bebé ya tiene nombre! Me encanta Aisha... ♥ No sabéis todos los nombres que he visto pero yo quería un nombre diferente no sé y lo encontré *-* Comunicar que hasta día 19 que se acaban mis clases no actualizaré I'm sorry pero tengo todo lleno de examenes :'( ¡¿Porque profesores?! Pero bueno ez lo que hay... :)

L@s quiero mucho mucho muchísimo,
vuestra fiel escritora,
Pili ^^

P.D.S. ¡¡¡Muchos besos y abrazos de oso a distáncia y cuidaros muchísimo!!!

Un antes y un despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora