Final (parte 1)

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Era un día de verano, el aire era cálido y olía a mar. Ese olor a sal que recordaba de mi infancia en esa pequeña cueva en lo alto de esa colina, donde yo y Sheila nos despedimos una vez.

Ha llovido mucho desde entonces. Hace siete años desde eso, todos maravillosos junto a mis pequeñas.

Mi niña ha crecido, he perdido a mi hermana pero con el tiempo he aprendido a superarlo, en parte por la alegria que me trajo mi hijo menor Kai. Los dos frutos de nuestro amor.

Cada día los amo más, cada minuto en mi nuevo empleo me cuesta no escapar y irme con el coche a dónde quiera que estén, cada noche pienso en un mundo sin ellos y no lo imagino.

Quiero mi vida tal y como és. Sin cambios de color.

Habíamos quedado con Ross, estaba destrozado desde que Charlie murió, no ha hablado con otra chica desde entonces. Esa noche su vida se apagó, ese día lo recordaremos todos.

Flashback

Acosté a Aisha en su blanca cuna mientras le colocaba entre sus manitas a su oso de felpa favorito. Adoraba a ese oso. Ese oso que le regaló Matthew. Entonces justo cuando sus ojos azul grisáceos se cerraban sentí como algo vibraba en mi bolsillo, era mi móvil.

Contesté y empezó a hablar una mujer desconocida que decía:

- Lo sientimos, pero la señorita Charlotte ha muerto.

En ese momento el teléfono se me cayó al suelo. La enfermera seguía hablando al otro lado de la línea pero yo estaba en estado de shock. MI HERMANA ¿MUERTA?...

Al cabo de unas horas cogí un vuelo, después de despedirme de mis dos princesas, esta vez con un hasta luego.

Permanecí dos días en España para arreglarlo todo. Me quedé a dormir en casa de mi difunta hermana.

Abrí su armario y saqué su camiseta favorita, la olí, la abracé y soñé con un mundo con ella.

El mundo sin ella era muy aburrido.

Ella ahora mismo me estaría contando todo tipo de anécdotas del hospital bastante divertidas que le ocurrían o que quería que ocurriésen, cómo había estado haciendo.

No podía aguantar, el dolor me consumía. No volvería a ver esa amplia sonrisa y esos verdes ojos que tanto me habían embaucado. No escucharía su melodiosa y dulce voz susurrárme a través del teléfono móvil cuanto me echaba de menos.

El primer día lo pasé llorando, pensando, haciendo llamadas y organizando el papeleo.

Al día siguiente era el funeral. Todos asistieron. El parque estaba en silencio, no podía más. Me alejé de la multitud y exploté a llorar de nuevo.

Ross se acercó a mí y me dió unos golpecitos en la espalda. Me tendió un sobre y se fué con el resto de la gente con una lágrima recorriendo su cara.

Me senté en el suelo de césped y empecé a leer la carta.

"Querido Matt,
Sé que no voy a durar mucho y por eso te escribo esto.

Nunca podré olvidar todo lo que has hecho por mí. Te lo agradezco de todo corazón.

Que sepas que no sufro. ¿Sabes por qué? La respuesta es que sé que voy a ir a un lugar mejor, un lugar en que a lo mejor nos encontraremos, un lugar en el que amar a alguien no dolerá.

Porque Matt sé que te duele que me haya ido y eso es porque me querías. Pero a mí me duele más que me voy porque voy a dejar a mucha gente atrás, entre ellos a mi sobrinita Aisha.

Espero que algun día le hables de mí.

Matt, duele pero siempre estaré ahí, contigo.

Siempre serás mi hermano.

Te quiere muchísimo,

Charlotte".

Fin del flashback

Un antes y un despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora