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domingo 22 de enero del 2023.
ronquidos fuertes y profundos llenaron la habitación que compartías con tu novio, jake.
eran las 10:49 a.m. y tenía que estar fuera de la casa a las 11 a.m. para su práctica de fútbol. pero por lo que parece, no parecía que fuera a suceder pronto.
— jake —, te sentaste en el lado vacío de la cama mientras estirabas la mano para sacudir su figura dormida. — bebé, despierta —, volviste a sacudir su figura mientras él gruñía en respuesta.
— 5 minutos más, por favor —, suplicó con voz aturdida. — tienes práctica de fútbol con los chicos hoy, probablemente ya te estén esperando —. le explicaste mientras él se apoyaba en tu toque. — pueden esperar —, respondió con un bostezo.
— bien, 5 minutos más. volveré después de eso —. te levantaste de la cama mientras él gemía por la pérdida de tu mano en su cabeza.
normalmente, sería jay quien durmiera más tiempo. se esperaba de él y sólo de él. ¿pero de jake? ni siquiera cerca. siempre llegaba a tiempo y era el primero en despertarse en tu casa. parece que hoy no fue su día.
ya estabas vestido y listo para el día y planificaste tu día durante esos 5 minutos. mientras te sentabas en tu escritorio frente a la cama, ni siquiera después de un minuto, los ronquidos de jake comenzaron de nuevo.
la lista de cosas por hacer de hoy incluía tareas, mandados y cosas para el trabajo. sería un día ajetreado para ti, pero ¿para jake? no tanto. si no se despertaba a tiempo, todo este ciclo se repetiría y se volvería un hábito poco saludable para él, otra vez.
— jake —, llamaste desde tu escritorio mientras él se movía en sueños. — vamos, tengo que irme pronto. tendrás que despertarte ahora o nunca —. suspiró ante tus palabras, sabiendo que tenías razón, y se levantó de la cama.
— entá bien, iré a lavarme la cara y prepararme —. se estiró mientras asentías. — me iré ahora —, caminaste hacia él y le diste un beso en la mejilla mientras susurrabas un — te amo — al mismo tiempo.
— no llegues tarde —. advirtiste mientras él asentía con una risita.
los dos dejaron la habitación compartida y se fueron por caminos separados; él estaba en el baño y tú fuiste a la entrada principal. — ¡adiós! — exclamó al escuchar la puerta abrirse.
realmente estaba planeando lavarse la cara, pero cuando el sueño se apoderó de su figura, se encontró de nuevo en su cómoda cama, adormilado en el país de los sueños.
— solo cinco minutos más —, susurró mientras se ponía más cómodo.
¿mencioné que dijo esas mismas palabras hace tres horas?
ahora era la 1:57 p.m., mucho más allá de la hora en que se suponía que debía estar en la práctica de fútbol cuando se despertó abruptamente. aunque estaba bien descansado, todavía salió corriendo de su cama para prepararse para irse.
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