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— hola, mejillas dulces, ¿tienes chicle? — dice heeseung, moviendo las cejas mientras tu soplas una burbuja.
tu infame novio coqueto y bromista. lee heeseung. la cantidad de veces al día que se burla de ti o te reduce a un tartamudeo siempre lo vuelve descarado o alimenta su ego.
siempre intentarías darle una probada de su propia medicina. intento con palabras clave, pero siempre terminaría siendo contraproducente de alguna manera. dejando a heeseung riéndose y tratando de borrar con un beso el puchero de tu cara.
sin embargo hoy.
hoy sería el día en que tu plan finalmente funcionaría. al menos esperabas que así fuera.
— no, esta pieza fue la última —. te desplazas en tu teléfono y él hace pucheros al sentarse en el sofá a tu lado. está a punto de ponerse cómodo pero tus golpecitos en su hombro lo detiene.
— ¿sí? — él te mira y le pides que se siente. lo hace aunque está un poco confundido.
él ya está un poco desconcertado cuando te acercas a él y tu mano se posa suavemente en su mejilla. en realidad, nunca fuiste tú quien inició nada, por lo que está un poco desconcertado. su sonrisa aparece en su rostro y te acerca más. sin embargo, tu beso lo hace derretirse, disipándose toda su necesidad de control.
tus labios son suaves contra los suyos, pero el beso tiene cierta fuerza, lo que hace que jadee de sorpresa. inmediatamente dejaste que tu lengua se moviera contra la suya. el sabor a chicle ahora le ensuciaba la boca. él suspira en el beso, dejándote descansar contra él mientras lo besas apasionadamente.
antes de que puedas alejarte, te aseguraste de que tu chicle estuviera en su boca. cuando lo hiciste, heeseung se quejó. te alejaste tan rápido para su gusto que persiguió tus labios, con un bonito puchero en los suyos.
al no poder resistirte, le dejas un beso rápido y te levantas del sofá. los labios de heeseung están carnosos y rojos y está sin aliento. sonríes ante su estado de aturdimiento y te acercas, agarrando tu paquete de chicles.
te metes otro en la boca y todo lo que él puede hacer es mirarte estupefacto.
— p-pensé que habías dicho que este era el último —. tartamudea, señalándose la boca. te encoges de hombros y te sientas a su lado.
— supongo que aún quedaba uno más —. sonríes y él mastica el chicle lentamente, con las mejillas rojas.
quizás al final heeseung aún ganó desde que lo besaste o al menos así lo vería él.
pero finalmente pudo probar su propia medicina. pero también le gustó el sabor de tu chicle.
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