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Han pasado ya tres semanas, desde que no veo al chico que me rechazó, fue un estúpido juego, pero al final y al cabo lo hizo, pero por causas desconocidas me molestó bastante.

Tampocohe realizado venganza, Melisa me dijo el jueves pasado que su querido primo se había ido de vacaciones a Murcia.

Pero pensandólo mejor, cuando venga después de dos semanas, le pillo desprevenido con mi venganza y así la disfruto más.
Esta vez la suerte esta de mi parte.

A lo largo de estas tres semanas, he echo lo habitual de siempre, Melisa y yo nos damos nuestros rutinarios baños por las noches, cuando a esas horas la piscina es sólo nuestra, aunque a veces tenemos que bañarnos sin compañía.

La relación de amistad entre Víctor y yo no ha hecho nada más que mejorar, aunque todavía no me ha hablado de lo que tuvo con Marta.

Lo más sorprendente es que vivo en una ciudad con playa, y tras visitar casi medio Gandía, las ganas de ir allí se me hacen cada día más irresistibles.

Un día al ir con mi madre a su pastelería, pasamoa mi a lo lejos por la playa, eran sobre las siete de la tarde o algo así, en esos momentos era cuando más se podía apreciar como se escondía el Sol, con el mar tan inmenso, todo eran bonito...

Lo peor es que todavía no he ido, y no encuentro la oportunidad de ir allí.
Ya que la playa se encuentra a unos cuantos minutos en coche desde el departamento.

Mis padres ya están en sus respectivos trabajos y es ahora cuando ya si que tengo todo el piso para mí sola.

Hoy me he levantado temprano, pero que muy temprano...
Se podría decir que ni el Sol está saliendo aún.

Me dirijo a mi sillón pequeño, que se encuentra en la esquina de mi habitación, y quito el enchufe, mi móvil ya está completamente cargado, levanto la cabeza y veo el reloj de mi estantería, y este me dice que son las seis menos cinco de la madrugada...

No me despertaba a estas horas ni en los días de instituto.

Tengo una calor insoportable así es que me lavo la cara, y abro la puerta gigante de mi pequeña terraza.

Mis padres siguen durmiendo, empiezan a trabajar dentro de unas dos horas, así es que no puedo poner musica a todo volumen como lo suelo hacer cuando estoy sola, entonces decido cojer mis auriculares, de el último cajón de la mesita de noche, y me pongo la lista de música que tengo de nombre "..."

En esta lista hay canciones tristes, bueno tristes para mí, cada una de estas canciones tienen un significado, y cuando estoy tan mal de ánimo siempre acabo oyendo estas canciones.

Pongo el temporizador para que dentro de unos quince minutos pare la música, que es cuando supuestamente debería estar ya dormida.

Estaba apunto de conciliar el sueño cuando pasa por mis oídos una de las canciones que me recuerda a una cierta persona que en el pasado, quisé como a nadie...
Como toda relación quedan recuerdos e incluso canciones que en un tiempo atrás te las dedicaba la persona que sólo verla hacia que se te quedara esa sonrisa tonta.

Esa canción me recordaba cuando me quedaba hasta las horas de la madrugada hablando con Alberto, y después de decirle adiós, no podía dormirme, lo único que hacía era sonreír como una posesa, simplemente pedía que nada cambiara, era todo tan sumamente perfecto hasta que...
apareció Julia, ya os podréis imaginar lo que paso...

Pero como todo camino de rosas, hay más piedras que pétalos..

Después de quedarme pensando en cómo fue mi verano del año anterior es imposible no evitar sentirme nostálgica, gracias a esta dichosa canción, que debería haber borrado hace bastante tiempo, ahora me es imposible dormir así es que decido irme a mi terraza a leer un poco.

Anónima taquilla 36 [pausada...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora