11. Atención

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Hay varios tipos de personas, el más común es el que durante toda su vida o mayor parte de ella se ha sentido poco querido.

Que le ha faltado atención o ha tenido la ausencia de otras cosas de este tipo, son las personas que suelen caer fácilmente ante una persona que de la nada llega y le presta el mínimo atención.

Esa, soy yo.

–¿Entonces qué es lo que sientes por él?– pregunta Pau mientras parte la galleta en dos.

–No lo sé–

–Es imposible que te hayas enamorado en dos semanas por la forma que te trataba, aparte siempre lo has considerado sólo un amigo–

–Ya lo sé, pero...no sé, tal vez no me gusta de gustar, sólo me gusta cómo me trata–

Pau frunce el ceño mientras come la mitad de lo que en principio era una galleta entera.

–Tal vez ni eso, solo que te dijeron que le gustabas y tú cerebro hizo click y se forzó a sentir algo–

–Sí...eso tiene sentido–

–Eso o es una mezcla entre eso y falta de atención–

Suspiro cansada, no quiero seguir hablando de eso.

Es estúpido.

Me ilusioné y ya.

Es mejor que eso se quede así antes de que termine peor.

–Oye, ¿Viste a Lara?– pregunto yo, hace ya días que no se ha juntado con nosotras.

–No, estará enojada por lo de la última vez, la verdad mejor que ni esté aquí, cuando está enojada es insoportable con sus caritas de mierda y su sarcásmo–

Eso es verdad.

Si ya no va a juntarse con nosotras pues ni modo, la verdad se le veía rara, así que supongo que sí es mejor.

***

Era una ilusa, claro que todo me lo había creado yo en mi cabeza, una vez que me di cuenta que me daba atención me emocioné y todo se me vino a arriba.

–Cheryl–

La voz de la maestra me distrae totalmente de mis pensamientos, la miró y me doy cuenta que en realidad está esperando a que corrija el ejercicio.

–Emm, yo...– empiezo a mover el pie inquieta y entonces decido mentir –no lo tengo–

Apreto la mandíbula lo más fuerte que puedo hasta que ella suspira y decide pasar a la siguiente persona.

Algo puntiagudo me chuzó la espalda y entonces me di la vuelta con el ceño fruncido.

–¿En serio no la tenías?– pregunta Jason estrañado.

–No–

–¿De verdad? Nunca te falta nada y últimamente estás distraída, ¿Estás bien?–

¿Lo estoy?

Cómo instinto, asentí y me di la vuelta de nuevo.

–Cheryl– susurró mi nombre Jason, me giré de nuevo –Mi padre ha acordado con el tuyo ir a pasar la tarde con tu casa, podemos ir juntos si quie- –

–Deja de ser amable Jason, mi opinión sobre ti y tu grupo de idiotas no va a cambiar, ni aunque nuestros padres nos obliguen–

Me giro una última vez y empiezo a juguetear con el bolígrafo impaciente.

Desvío la mirada ligeramente hacia Jael, está distraído, mirando algún punto fuera del aula, miro hacia donde él mira y ahí está ella.

Saludando con una sonrisa amplia.

Gracias al cielo suena la campana y puedo cerrar el libro con fuerza.

Estúpido, bueno no, estúpida yo.

La mierda de ser adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora