La mierda de ser adolescente

9. Ilusiones

Ay...ilusionarse.

La gente (yo) mantiene ilusionándose con absolutamente TODO, a todas horas, para luego llevarse una decepción.

Lo feo es ilusionarse con una persona y que al final resulte que no le importabas y todo lo maquinó tu cabeza.

Eso sí que duele.

Llevaba dos semanas yendo a la salida del instituto con Jael a mi casa y por las mañanas íbamos juntos también.

Él era increíble y tan...perfecto...

«Tanto como para ser real»

Me gusta cuando me mira, cuando sus ojos brillan al hablar, cuando sonríe, cuando me habla en ese tono burlón, cuando me agarra del brazo, cuando apoya su cabeza sobre mi hombro, su "Buenos días" o su "Buena noche", su pelo castaño con rulos, sus ojos avellana, su nariz, su letra...

En pocas palabras, se podría decir que me he enamorado hasta de su apellido, que si lo pienso bien, combina a la perfección con el mío.

–Qué bien que ya lo hemos terminado.– celebra Jael dándome un vaso de agua con hielo –Ya estaba entrando en crisis, menos mal estoy contigo–

No puedo evitarlo y sonrío.

–Tampoco ha sido muy difícil, exagerado– comento y me levanto del escritorio para sentarme en su cama.

–Oye..Cheryl...– empezó, lanzando una pequeña pelota roja hacia el techo.

–¿Si?– bebí un trago de agua.

–Es que...Dios...no he hablado de esto con nadie y se me hace raro hablarlo contigo– lo miro sin entender qué es a lo que se refiere –. Me gusta una chica– mis mejillas empiezan a arder –, la conoces y es que es tan...¡Dios!...– me mira, sus ojos brillan –me preguntaba si...no sé...a lo mejor...podrías darle algo de mi parte–

Asiento.

–¿Quién...quién es la chica?–

Pregunto, aunque siendo sincera, me da miedo la respuesta, aunque necesitaba hacer la pregunta...

–Carla...–

Ohh, damas y caballeros, es en este preciso instante cuando siento que algo explota dentro mío, sonrío, mientras siento como todos los trozos de mi corazón se hacen cada vez más y más pequeños.

***

–¡¿CARLA?!¿¡EN SERIO AL MUY IDIOTA LE GUSTA CARLA!?– grita Pau, que está más en crisis que yo.

–Ya te decía yo que no le gustaba–

–¡¿Qué no le gustas?!¡Sí que le gustas, lo que pasa es que ni él se entiende!–

–Pauu...acéptalo, me ilusioné yo solita, no le gusto, le gusta otra–

–¡¿QUE LE GUSTA CARLA?!¡SI LE GUSTA CARLA QUE NO JUEGUE CONTIGO!– suspira –¡PERO ES QUE ENCIMA TIENE LA CARA DE DECIRTE QUE LE DIGAS QUE SE REUNA CON ÉL A SOLAS!–

–Pau, tranquila, no se acaba el mundo–

–¿Se lo vas a decir?–

¿Se lo iba a decir?

–¿Por qué no?– bufo.

–Porque no, que se busque él solito la vida, tú eres mucho igual para él, ni te merece, seguro le puedes gustar a mil chicos mejores que él– me arrebata el bote del helado y se mete una cucharada en la boca –¿Cómo era el chico ese que se burló de Lara?