SLASHERS SCENARIOS!

C𝑰𝑪𝑨𝑻𝑹𝑰𝑺𝑬𝑺

Advertencias: NINGUNA
S/O : NO BINARIO/SIN GENERO
Summary: Encuentras a Brahms cubriendo sus cicatrises.

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Brahms estaba en el baño, mirándose en el espejo. Odiaba su aspecto y no podía evitar sentir que era feo. Todas las cicatrices, cortes, moretones y más estaban por todo su rostro y no entendía cómo podías amar a alguien como él.

Sus dedos recorrieron todas las cosas que odiaba hasta que su visión comenzó a volverse borrosa. Las lágrimas amenazaron con salir de sus ojos mientras pensaba en lo que viste en él. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no escuchó que se abría la puerta ni que lo llamabas.

-¡Volví!- Gritaste feliz, antes de poner las paletas de pastel que compraste en la mesa de la tienda de comestibles que Malcolm también te llevó. -¿Brahmsy?- Por lo general, Brahms respondería diciéndote que está en el baño o en la habitación, pero no escuchaste nada.

Caminaste hacia la habitación y miraste a tu alrededor, pero escuchaste llantos y sollozos provenientes del baño. Caminando hacia la puerta, acercaste tu oído y escuchaste.

-¿Brahms? ¿Estás bien ahí dentro?- Tocaste la puerta del baño y escuchaste sollozos y muchos movimientos. -S-sí, solo estoy u-usando el b-baño-. Notaste lo suave que sonaba su voz y lo rápido que respondía.

-¿Estás seguro? No suenas tan bien-. Te preocupaste un poco. -S-sí, sólo un minuto-. Esperaste más de un minuto y decidiste que habías terminado de esperar. -Muy bien Brahms, ha pasado más de un minuto. Voy a entrar-. Ignorando las protestas provenientes del interior de la habitación, aún abriste la puerta y te sorprendiste al verlo.

Era Brahms con una caja de curitas y envoltorios por todo el mostrador. Las curitas cubrian todas las partes "dañadas" de su cuerpo. -Oh, cariño, no-. Te acercaste a él y lentamente le quitaste la caja de la mano. -Ven, vamos a sentarnos en la cama-. Te permitió guiarlo a la cama debido a las lágrimas que afectaban su visión.

Una vez que se sentaron, le diste un abrazo en silencio mientras frotabas su espalda.

Cuando el llanto se calmó y se escuchaste pequeños lloriqueos, comenzaste a hacer las preguntas. -Brahms, ¿qué estabas haciendo allí?- Se acurrucó más cerca de tu cuello antes de responder. -C-cubriendo s-sicatrices-. Tus cejas se fruncieron en confusión. -¿Por qué?-.

No entendiste por qué querría cubrirlos ahora. -feo-. Has estado 'observando' a Brahms desde hace un tiempo, y él nunca había hecho nada como esto. -¿De qué estás hablando? No eres feo-.

Tus manos recorrieron sus cicatrices mientras él se estremecía y apretaba los ojos con fuerza. -¿De dónde escuchaste eso?-. Querias llegar al fondo de quién lastimó a tu bebé. -M-malcolm d-dijo que soy una muñeca fea-. Resoplaste sabiendo que Malcolm estaba "jugando" con la muñeca antes de ir a la tienda de comestibles.

-Escucha Brahms, solo porque tengas cicatrices no significa que seas feo. Significa que eres diferente de los demás y que eras más fuerte que cualquier cosa que intenta lastimarte-. Te miró mientras hablabas. -No deberías avergonzarte por tener cicatrices, no es como si las hubieras pedido-. Asintió con la cabeza antes de levantarse e ir al baño, quitándose las curitas. -¿Necesitas ayuda?- Preguntaste, de pie en la puerta, viéndolo quitárselos. Él asintió con la cabeza y tú sonreíste.

Lo ayudaste a quitarse cada tirita, besaste cada cicatriz y le explicaste por qué las amabas. El último curita, se lo quitaste del labio, te inclinaste y le diste un beso. -Por último, me encanta este porque está en mi parte favorita de tu cuerpo. ¡TUS LABIOS!- Brahms soltó una risita infantil mientras lo llenabas de besos. Mirando hacia el bote de basura, viste una pila de tiritas allí.

-Oh, ¿adivinen lo que tengo?- Los ojos de Brahms se clavaron en los tuyos, diciendo en silencio qué. -¡Cake pops!- A Brahms le encantaban los cake pops, pero no siempre tienia la oportunidad de comértelos porque nunca están en la tienda. Estaba listo para irse a la cocina, pero lo detuviste. -Primero te comes tu cena-. Dejó escapar un gemido y te miró con ojos de cachorro, suplicante.

-Ugh, bien. Puedes comer uno, solo uno y eso es todo-. Él sonrió antes de prácticamente arrastrarte escaleras abajo hacia los cake pops.

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