Un año después
No es el día correcto, o tal vez sí, su memoria se inclina a concederle pesadillas pero el favor no se aplica a la claridad.
Así que en vez de eso Seokjin elige el día.
A principios de primavera porque a su madre le encantaba hacer fotos de su hermano y de él jugando en campos de flores cuando iban de picnic.
Cuando comparte el motivo con Jungkook, el príncipe sonríe, cariñoso como siempre porque ha oído muchas anécdotas de esta estación.
Al principio le dolía hablar de ello, pero entre los cuidados de Jungkook y sus deberes como consorte del gran príncipe, Seokjin ha tenido suficiente en su cabeza como para poner distancia con el dolor.
Hoy en día, el dolor sigue ahí, siempre lo estará, pero le cuenta a su compañero recuerdos de su juventud con una sonrisa, y cuando Jungkook se ríe de las travesuras que solía hacer con su hermano, hace que las cosas sean un poco más dulces que amargas.
Y cuando lleva flores al árbol que eligió para conmemorar a los que tanto echa de menos, Jungkook camina a su lado, callado pero allí porque sabe que Seokjin necesita su silencio si no sus palabras.
Visitar el lugar se convierte en un hábito fuera del día del aniversario.
A veces viene con una sonrisa en la cara y noticias sobre el palacio y la gente a la que ha llegado a llamar amigos. A veces viene con un nudo en la garganta y sus lágrimas se derraman en cuanto cae de rodillas junto a las largas ramas.
Pero los años pasan, y ya no se retuerce cuando Jungkook roza con sus labios la cicatriz de su pecho. En cambio, la atesora, porque esas pálidas líneas son recordatorios de que hizo lo correcto, de que siguió a su corazón y fue sabio al hacerlo.
"-Sigue siendo tan insufrible como siempre", dice, con una sonrisa escondida en la comisura de los labios porque Jungkook jadea falsamente antes de saltar sobre él para hacerle cosquillas mientras asegura a los nombres pulcramente grabados en la corteza del árbol, que de hecho está tratando muy bien a su precioso hijo.
Riéndose cuando el príncipe empieza a enumerar todas las tonterías que Seokjin ha hecho en la última luna, lo calla con un beso, y lo que siempre negará que fue un chillido sale de sus labios cuando Jungkook lo levanta.
"Te aseguro que hizo todo eso", se burla el príncipe, "Pero basta de lo que se ha hecho, tú, mi amor, y yo tenemos asuntos que atender".
La picardía de su tono le dice a Seokjin que el negocio es escabullirse al río para hacer el tonto hasta que Yoongi venga a buscarlos con el enésimo recordatorio de que el gran príncipe y su consorte deben comportarse más correctamente.
Un recordatorio que, como siempre, será ignorado con sonrisas tímidas hasta que Yoongi acepte cubrirlos con una mirada de soslayo que ambos fingen no notar, si juran estar de vuelta en palacio antes del anochecer.
Así que cuando Seokjin se despide mientras Jungkook se lo lleva, lo hace entre risitas, y espera que la familia que perdió, dondequiera que estén ahora, sepa que no está solo.
Tiene un príncipe que le mira más enamorado que cuando observa las estrellas y a cuyos brazos puede llamar hogar.
Puede que el destino le haya robado una vida, pero también tuvo una segunda oportunidad, y con Jungkook a su lado, no tiene que mentir cuando, a pesar de todo el dolor y las cicatrices que tuvo que superar, dice que es feliz.
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Tropecé a través del tiempo en tus brazos -kookjin-
Hayran KurguEl estudiante universitario moderno Seokjin que de repente se despertó en el pasado donde todavía no había tecnología, etc. Luego conoció al Príncipe Jungkook, quien al principio pensó que Seokjin era un ladrón Daegam (대감): Gran príncipe, el hijo de...