Me duele, me afecta, me destroza por dentro. Pero no voy a dejar que se vea, puede que signifique que me alejaré de ti de vez en cuando, y parezca que no me importa, pero en verdad me importa tanto que necesito alejarme para no derrumbarme en frente tuya y parecer débil. No quiero que parezca que no lo tengo bajo control, no quiero que parezca que soy una cobarde por no poder llorar ante ti, entonces hago que no pasa nada para que no creas que quiero hacer eso mismo.
Aunque la verdad es; que se me escapa de las manos, que cada día de esta semana he llegado a casa y solo con tocar la almohada me he puesto a llorar y lo he sacado todo (desde mocos hasta lágrimas). He estado haciendo bromas pero por dentro se sentían como las uñas en una pizarra, la verdad es que detrás de todo ese tono de sarcasmo que he usado contigo eran verdades ocultas por la gracia que les doy.
Y lo peor de todo es que no puedo hacerme daño o rascarme la piel como los sentimientos lo hacen en mi corazón, porque me da miedo, porque me cuesta con solo escuchar cómo la gente habla de que se corta. Porque yo no soy capaz, me siento demasiado delicada como para solo pasar mis uñas por mi piel. Entonces en vez de destruirme por fuera, ordenó, si ordenó suena tonto e incomprensible pero eso es lo que hago. Ordeno los libros que están perfectamente alineados, ordeno y tiro lo que no quiero del cajón que ya ordené hace poco, ordeno la ropa que doble ayer, ordeno las plantas del balcon y las pongo de manera que parezca limpio. Ordeno porque me calma y hace que no piense en las ganas que tengo de llorar, y aunque no funcione del todo porque sigo llorando, y me pongo las gafas de sol para que mi hermano no pregunte, pero al menos estoy un poco mejor.
Pero por mucho que esté mejor la desesperación no se va, no me deja en paz, ya se ha pegado a mi como yo lo hago a la esperanza de poder verte más de una vez a la semana porque ahora se puede llevar, porque no has comenzado, pero cuando lo hagas cuando no pueda verte más que tal vez unos minutos por la mañana y oírte otros minutos más a la hora de comer cuando salga del colegio en ese momento será peor que te quiten la posibilidad de imaginar.
En esos momentos quiero estar más tiempo contigo, porque saber el poco tiempo que te voy a ver me pesa, pero luego vas y te quejas de ella y aunque no sea meter mierda si es hablar mal de ella. Esos son los momentos en los que quiero que te alejes de mí, porque tú puede que no lo veas pero el hablar mal de ella conmigo es la cosa más imbécil que haces. Porque yo nunca te voy a apoyar en las cosas "malas" que digas de ella, igual que nunca la apoyare a ella cuando hable fatal de ti.
Cuando haces esto me cago en todo de verdad, porque siempre decís que lo lleváis bien y que habláis genial del otro pero en esos instantes no lo parece, parece que os odiáis, y tu te olvidas de que no soy tu amiga. Me da rabia que cuando no sepas en qué ocasiones tienes que tratarme como a un amigo y en qué ocasiones no, porque me puedes hablar de lo que hacías cuando eras joven, de la marihuana que fumabas, de lo que veías cuando tomabas pastillas y de la cocaína que esnifabas, pero no de según qué problemas tienes con una de las personas que más amo (como tu).
Si, es contradictorio, pero así es la vida no. Y si, parece infantil, pero cuando lloro por ello no lo parece, parece la cosa más importante del mundo, parece que mi vida depende de ello, puede que no lo haga pero para mi si. Pero qué voy a hacer, no puedo hacer nada más que callarmelo, o decírselo a alguien que me entienda, que gracias a dios tengo, supongo que eso es lo que me ha mantenido sin llorar el día entero. Sin embargo aunque tenga a alguien con quien hablarlo no significa que el dolor aminore, ni de lejos, pero se hace menos jodido.