Sabes esos días en los que te despiertas con toda la felicidad del mundo, esos días en los cuales te despiertas y de pronto te gusta madrugar, o de repente caminar es un paseo por las nubes.Pues hoy mismo fue así y me sentí como si nadie pudiera pararme ni pudiera bajarme la moral.
Al llegar al cole comencé las clases como siempre pero con una sonrisa dibujada en los labios. Pasaron las horas volando, hasta que fue hora de ir a casa, y el paseo de vuelta fue hermoso; el sol acariciaba mis mejillas y la brisa me iba susurrando suavemente al oído. Pero supongo que todo tiene que llegar a su fin ya que al llegar a casa me encontré con mis padres y mi hermana de 3 años sentados en la mesa de la sala de estar. Cuando pase el recibidor deje mis cosas junto al sofá y me fui directa a la mesa.
Creo que nunca me he sentido más incómoda, no sabía donde mirar ni donde poner las manos. Lo más raro de todo es que no se como pero sabia que me iban a decir, y sabía que no me que no me equivocaba.
-Siéntate por favor-me pidió mi madre con voz cariñosa- intentaremos ser breves.
-Mira cariño, tienes que saber que tu madre y yo te queremos mucho eso nunca lo dudes, pero yo y tu madre nos hemos dado cuenta de que ya no nos queremos como antes. Ya no tenemos ese beso de buenas noches o esas palabras bonitas, poco a poco hemos ido perdiendo ese amor. Y al final del día acabamos siendo más amigos que otra cosa- creo que nunca había visto a mi padre tan serio- Pero lo más importante es que por mucho que nosotros no nos queramos como antes a vosotros dos solo os querremos más y más.
Mi cabeza nunca ha trabajado tan rápido en mi vida, aunque sabía lo que venía creo que no era consciente de que costaría filtrar bien la información. Lo más curioso era que no me dolía, no sentía que el mundo se me caía a los pies (como cuando lo dicen en las películas o en los libros). Sentía que por fin se confirmaba algo que aunque no me había dado cuenta pero había estado merodeando por mi cabeza hace tiempo.
No sabía muy bien qué hacer, ni cómo reaccionar.Quería decir que por mucho que no me dañara, si me daba pena, si había perdido todo tipo de esperanza en que volvieran a estar juntos como el las fotos colgadas en mi habitación.Con esas sonrisas y los brazos entrelazados.Aunque supongo que mientras hubieran estado felices ese tiempo, y no se arrepienten de nada pues creo que se le hara mas facil conllevar la ruptura.
-Tienes algo que decirnos? Pareces muy callada.- Mi madre me pregunta.
-Puedes decirnos lo que quieras, lo sabes no- Insite mi padre
Ojala decir lo que pensamos o lo que sentimos fuera más fácil, porque tenemos todos los sentimientos ahí acumulados y nosotros nos entendemos, pero cuando toca decirlos en voz alta cuesta, como si nuestra voz hubiese desaparecido.
-No tengo mucho que decir, simplemente me gustaría saber si Ana ha entendido algo.Porque no creo que una niña de tres año entienda muy bien lo que es separarse- Lo digo riendome un poco para cortar un poco la tensión e incomodidad del ambiente, aunque creo que no ha funcionado mucho.
-Tu no te preocupes por tu hermana, que cuando se haga mayor se lo explicaremos otra vez.Pero de momento como eres tu quien lo entiende y a quien le puede afectar más, nos interesa saber si estas bien.-Supongo que mi padre no entiende que no quiero y no se que decir, ya que no para de insistir.
A veces pienso que a los mayores les cuesta entendernos, o sea que nos entienden mejor gente de nuestra edad o más o menos de nuestra edad que nuestros propios padres. Siento que me están atravesando con la mirada, creo que hasta me duele solo por la intensidad en la me están mirando...
De repente siento una sacudida, comienzo a sentir que se me borra la visión, estoy comenzando a ver todo borroso.
-Ey cariño despierta, ya es muy tarde, dentro de poco es la hora de comer.
Poco a poco me incorporo de la cama, y me encuentro con mi madre sentada en mi cama individual mirándome con ternura. Me froto los ojos para ver mejor, mi madre se ha cambiado el pijama y no suele hacerlo.
-Vístete que tu padre, Anna y yo te esperamos en la sala de estar. Tenemos algo que deciros pero no te preocupes que seremos breves
Espero que los sueños no se hagan realidad.