C4: ¿El héroe Deku...?

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Solo 10 minutos más...

Diez minutos, y terminaba su turno. Pronto estaría junto a su omega, con su cachorro en el nido, viviendo la mejor vida. 

Red Riot, Chargebolt y Cellophane patrullando, ningún villano ni crimen en horas. Todo iba tan bien...

para ser cierto.

¡Y el héroe Deku lo hace de nuevo, volviendo mejor que nunca, por tercera vez en la semana derrota nuevamente a esta banda de criminales! 

—¿¡Qué, QUÉ!?— Katsuki exclamó, dando un pequeño salto en la silla. ¿Qué hacía su omega de 2 meses de embarazo, deteniendo a dos criminales?— ¿Cómo? ¿Por tercera vez? Oh, mierda...

El. puto. papeleo.

Izuku ha hecho todo el papeleo de Katsuki desde que está encinta, por lo que lo más problabe es que, si hace él de Katsuki... hace el suyo.

—¿¡Por qué nunca reviso el papeleo!?—Una oleada de feromonas alteradas empezaba a desprender mientras avanzaba hacia el ascensor, saliendo de la oficina. Tenía que encontrarse con el pecoso, y pronto. — ¿Por qué lo hiciste?

—Izuku...— lo nombró a regañadientes. Esperaba que la llamada conectara. Ya era la quinta vez que lo mandaba a buzón de voz. El rubio empezaba a murmurar sonidos guturales y pequeños gruñidos. 

Conducir a 90km/h en pleno Musutafu no era lo mejor, pero gracias a una llamada del cielo, detuvo su preocupación... transformándose en miedo. 

—Katsuki... Ah, soy Ochako, no te espa-

¿¡DÓNDE CHUCHA ESTÁN!?

Varios sonidos de fondo se escucharon, dejando al rubio en visto unos segundos. 

—Es tu alfa, tú hablale. 

—... ¿Ah, Kaachan? Eh, estamos en la clínica...

Colgó. No tenía tiempo de excusas tontas. Aceleró, conduciendo hacia allá. 

No sabía si era la adrenalina, su instinto o su rabia; pero en un abrir de ojos se encontraba entrando en la habitación del pecoso. 

—¿Izu? 

Se quedó en silencio al ver como su omega se encontraba tomando tranquilamente un batido, observando como las enfermeras hablaban entre sí.

—Kacchan. 

Abrió los ojos al sentir el aroma de su alfa. Preocupación, miedo, rabia, culpa...

Hueles a rata muerta... ven aquí. —El omega le indicó que se acercara a él. Katsuki lentamente obedeció, al llegar a la camilla de Izuku se arrodilló buscando frotarse con el aroma que empezaba a desprender el omega. 

—¿Por qué lo hiciste? 

Los dos se quedaron en silencio un momento para que vincularan sentimientos con solo sus aromas. Izuku respondió:

—No ha sido la primera vez— Musitó con culpa —, a veces cuando estás por acabar tu turno, salgo... a patrullar— hizo una pausa—, y algunos crímenes pequeños, sí. Luego llegó a casa, hago el papeleo y, como nunca los revisas... escribo el mío, haciendo como que nada pasó. Bueno hasta que me desmayé por agotamiento y, bueno... estamos aquí. 

Se quedó en silencio al sentir como aumentaba el olor a culpa del ojirrubí. 

—Soy un horrible alfa. 

—No... no, no, no, no— el pecoso acunó al rubio, soltando feromonas para calmarlo. —Yo soy un mal omega y...

La habitación se mantuvo en silencio, habían tantas emociones encontradas que las intentaban demostrar a base en sus feromonas. El rubio miró seriamente a su omega, lo había visto tantas veces en una cama de hospital, ¿Por qué está vez es diferente?

—...¿Yo soy un mal omega?— preguntó, intentando esconder su rostro en el cuello de su esposo.

—No, claro que no. Solo somos...

—¿Inexpertos? — el rubio asintió, limpiando suavemente pequeñas lágrimas del rostro de su pareja. — Quizás somos algo... impulsivos, y en tema de héroes...¿Algo trabajólicos?

El pecoso río, era cierto, ellos dos nunca se podían quedar quietos.

—Será difícil quedarme 7 meses sin hacer nada, ¿Eh?

—En realidad, el embarazo en los omegas solo duran 6 meses.— una enfermera respondió, mientras buscaba algunos documentos sin prestar atención. 

—¿Qué? Espera, ¿Solo me quedan cuatro meses?—  Como que algo hizo click:  a Izuku le dio miedo. Miedo a dañar al cachorro, a su cuerpo. — Es muy poco tiempo...

La enfermera observó a la pareja. Quizás la había cagado... lentamente se acercó, e intentó calmar al peliverde: 

—Conozco muchas parejas incluso más  inexpertas o... desorganizadas que ustedes. Lo único que podemos decir es...— la chica dejó una carpeta en su regazo y salió de la habitación.— Lo harán bien.

Katsuki abrió la carpeta con cuidado, acercándose más a su omega. Al abrir se encontraban unas 4 o 5 fotos de su ecografía. Katsuki e Izuku se quedaron en silencio, cómo no habían tenido ninguna consulta, fue la primera vez en verlo.

—Wow... no veo nada— el peliverde susurró, con una sonrisa nerviosa. 

—Mira, acá está. Es... esa es su, ahm, ¿nariz? no, es su... ahí está. 

—No lo veo— el pelliverde suspiró, a punto de llorar. 

—No, corazón... mira ese camarón, detrás de esa como... mancha ne... mierda. 

Definitivamente no estamos listos. 

El rubio bostezó por quinta vez, el calor del pecoso junto con sus caricias lo relajaban, pero aún no podía dormirse. No antes de...

—Listo.— el rubio levantó la vista para ver la pantalla que le mostraba su omega. —Dos citas programadas.

—¿Ya nos podemos ir a dormir?— el peliverde le sonrió dulcemente. Besó los labios contrarios en un cálido beso.— ¿Vamos?

—Vamos. 

Al minuto de levantarse, el sonido de un celular los interrumpió. Estaban llamando a Izuku, el pecoso se quejó cansado, leyendo el nombre de la persona.

—¿Mamá?— contestó la llamada. Una pequeña conversación se armó, mientras Katsuki solo veía a su pareja, dormitando.— Gracias... te amo. Demasiado. Bye~

—¿Qué dijo?

—...

Que lo estabámos haciendo bien. 

Pecas, Dinamita y Cachorros [BkDk Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora