𝐐𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞: 𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐨𝐧𝐞 𝐝𝐚𝐲

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Cuando Bastián terminó de hablar al respecto, Louis se sentía tan abrumado que solo pudo llorar, sin decir nada, cubrió su rostro con sus manos y se dobló sobre su cuerpo para esconder su rostro entre sus rodillas, el Oráculo lo abrazó, prometiendo que todo iba a estar bien, que debía creer en él, debía confiar.

—Nada malo va a pasarte, Louis, ni a tí ni a los que amas, en serio... Es la única opción —dijo a su oído, de alguna forma su voz siempre sonaba calmada, por más que todo sonara tan mal—. Deberías volver con Harry, él te está esperando —añadió, y aquello lo había hecho reaccionar, asintió y se limpió las lágrimas rápidamente.

—¿Y él? —preguntó el joven Dios— ¿Él estará bien?

Bastián sonrió un poco, le daba ternura que el menor solo se preocupara de él, porque Louis nunca había hecho ninguna pregunta sobre sí mismo, sólo había cuestionado sobre aquellos que amaba.

—Harry estará bien, lo prometo.

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Louis regresó aún con un vacío en el pecho, bajó del unicornio sólo está vez, y se despidió de Alexander con pocas energías, no había nadie esperándolo afuera de la cabaña, ni siquiera Liam, cuando entró el otro castaño lo fue a buscar apresuradamente, agradeciéndole que volviera, por su expresión suponía que algo estaba mal.

Entró a la habitación apresuradamente, solo para encontrar a Harry abrazando al conejito dorado que él había dejado a cargo, estaba hecho una bolita en una esquina de la cama, el verlo llegar sonrió y extendió sus brazos hacia él, el conejito se separó para ir hacia él pero no le dió importancia, y fue directamente al Dios dueño de su corazón, Louis saltó a la cama para abrazarlo con fuerza.

—Lo siento, lo siento, lo siento mucho, tardé demasiado, lo siento —murmuró, con un nudo en su garganta, sentía las húmedas lágrimas de Harry sobre la piel de su cuello y hombro, allí donde el mayor estaba escondiendo su rostro.

—Y-ya estás aquí... ¿Qué más da? —habló con dificultad, su voz sonaba ronca y quebrada.

—¿Qué te duele? ¿Que pasa?

—Y-ya está... Ya se fue —dijo, sus manos de aferraban a la pequeña cintura de aquel bello Dios, y de nuevo, por su tacto, ya no sentía dolor—. Sentía como si... Me golpearan por todos lados, y que me quemaran también.

—Qué maldito desgraciado —dijo Liam, muy molesto, pensando en el Creador.

—¿Qué te han dicho? —preguntó Harry— ¿Qué dijo el Oráculo? ¿Qué va a pasar?

Louis se mordió el labio, sabía que Harry le preguntaría aquello, y Bastián también lo sabía, por lo que le había dado una respuesta para darle cuando preguntara.

—Dijo que Auritz pronto iba a terminar con las Catástrofes, porque ya está llegando a un límite y él lo sabe —dijo—. Todo va a terminar pronto, y todo va a estar bien.

Lo notó sonreír por más que no podía ver su rostro, Harry tenía esa forma adorable de sonreír con todo su cuerpo.

—Es una muy buena noticia, Amor.

Amor.

Que bonito se sentía esa palabra salir de los labios de Harry.

Louis sonrió de una forma tan sincera, que solo podia compararse a cuando llegó a aquel mundo por primera vez, misma ocasión en la que se habían conocido.

𝐋𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐨𝐬𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨𝐬 [𝐋.𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora