QUEEN OF BORDERLAND

Z

Estaba cansada, su primer juego de la noche había acabado, picas, odiaba las picas, necesitaba respirar.

Se sento en un parque que estaba cercano y al frente una guardería, se perdió en sus pensamientos cuando sintió que alguien tomaba su hombro por lo que estubo apunto de golpearlo solo que su mano fue detenida por un brazo tatuado, ahí se calmo.

Vio a Niragi atrás de Samura, con un bulto en sus brazos, no quería ilusionarse, no lo haría, ese pensamiento fue descartado hace muchos años.

—¿Recuerdas hace 2 años cuando estábamos en este mismo parque y notamos que veías muy fijamente al mismo lugar que ahora?—Niragi tenía una pequeña sonrisa pero aún estaba preocupado

Solo asintió, pensar en eso le daba un mal sabor de boca.

—El mundo en el que vivimos es muy cruel, no importa si es aquí o en el mundo real, ambos son crueles, pero eso aveces nos da buenos regalos, así que tú regalo de cumpleaños se adelantó—recibio un golpe de Samura cuando dijo eso—okey mal chiste

La chica no entendía, al menos no hasta que vio lo que más temió pero también más deseaba. Un bebé. Ella no podía tenerlos así que ese era su más grande sueño.

El pequeño no se veía tan grande le calculaba cerca de un año, pero era precioso, un bebé, un varón, se reia internamente, toda su vida estaría rodeado de varones.

—Es lindo

Ambos vieron a Samura, tomo al bebé en brazos y sorpresivamente este no lloro, solo alzó su manita e intento tocar los dibujos en la cara de este.

—Sabemos que te gusta jugar varias veces así que ve, nosotros nos haremos cargo de el.

La chica dudo, tomo la pequeño en brazos y se le quedó viendo, estaba cansada, no solo físicamente, si no que psicológicamente también, pero con el, con esa pequeña sonrisa que le dió al cargarlo, se dijo así misma que no habría nada en este mundo que pudiera lastimarlos, ellos tres eran sus chicos y nadie cambiaría eso.

Sonrío

Ella sonrió

Ambos chicos se dieron una cachetada al otro, y al momento que voltearon de nuevo ella seguía sonriendo. Era la primera vez después de 3 años y sin duda Samura le agradecía a Niragi por traer al bebé.

La chica le entrego el bebé a Niragi quién jugaba con el cabello de este muy alegremente,se despidió de los tres dándoles un abrazo corto, cosa que los dejo asombrados pero la dejaron ser.

Todo seguía normal hasta que se dieron cuenta que no sabían que darle de comer al bebé.

—Samura, ¿En la secundaria hiciste el experimento de cuidar a un bebé?

Sentía que se le saldría el corazón, era el día dos que salía a los juegos y no encontraba a la chica, ni siquiera sabía porque lo hacía no tendría ningún beneficio más que verla de nuevo.

Ella.

Era tan misteriosa y callada que aparte de asustarlo, le gustaba.

Habían conseguido algo parecido a la leche en polvo para bebé, era raro estando en ese mundo, Niragi entendía que tenían fecha de caducidad a poco tiempo, es como si supieran que el bebé estaría ahí.

Estaban buscando biberones y ropa para el pequeño, Samura lo tenía en brazos mientras Niragi se decidía si la camisa verde y el pantalón blanco irían en conjunto o cambiaba el pantalón a un beige o negro.

Todo estaba bien hasta que escucharon disparos, Samura tapo los oídos del bebé quien se escondió en su pecho sin llorar mientras Niragi caminaba a la entrada del centro comercial con su ametralladora lista.

Era un grupo de la playa, pero no militares, quienes disparaban a un lugar específico, dirigió su mirada a lo alto del edificio que era afectado por las balas, se asustó por un momento, era su amiga, solo tenía una pistola de corto alcance así que empezó a matarlos uno por uno hasta que ella bajo, la vio revisar sus bolsillos de todos, saco más de 10 tarjetas de póker, su amiga a veces daba miedo, pero sabía la razón.

Muerte a los traidores.

D.M