19_ Inesperada compra

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Una vez que Gio nos mostró los diez pisos, cada uno con diferentes mercancías a la venta, nos hizo entrega de un libro blanco, en el cual tendríamos que anotar nuestras elecciones junto al sello del vendedor para más tarde ser enviadas a la mansión.

Luego se despidió dejándonos libre albedrio de recorrido.

Debido a que comenzamos desde el primer nivel al más alto ahora deberemos ir regresando, nivel a nivel, exceptuando el 9° y 10° los cuales no son de nuestro interés.

En el 8° nos tomamos un corto periodo de tiempo para observar las luchas, reconociendo el patrón similar a los anteriores. Esclavos luchando por la libertad, luchando contra sus camaradas, enemigos o bestias para intentar escapar del lugar, una cárcel hecha para satisfacer las ansias de placer y sangre, perfecto para un sistema corrupto.

Abandonamos el sitio con cierto sentimiento de amargura, tantas vidas perdidas a causa de su satisfacción.

Damián- es probable que encontremos lo que necesitamos en el 3° y 6° espacio.

Asentí hacia él y comenzamos nuestro regreso. La idea inicial era ir directamente al 6° salón, pero al pasar junto a las hermosas telas, no pudimos evitar detenernos y comprar varias de estas, torniquetes de telas con un efecto similar al polarizado de un cristal, pero con colores vibrantes y claros los cuales serían perfectos para las ventanas de la mansión. Telas las cuales resisten ciertos ataques de colmillos, garras y venenos. Todas estas compras se anotaron en el libro por el vendedor para luego colocar un sello dorado, signo de producto pagado, para más tarde ser enviado.

Satisfechos nos dirigimos por los medallones.

Libros, esculturas, reliquias, joyas, cuadros, etc. Donde observaras encontrarías increíbles maravillas, pero los medallones, esos medallones parecían correr de nosotros.

Decidimos separarnos para así abarcar más espacio en menor tiempo. Damián cubriría el lado derecho mientras yo el izquierdo, para encontrarnos más tarde en la entrada del quinto salón.

Tras nuestra separación y recorrer mucho, logre encontrar uno. El dueño era un anciano con cabello plateado largo hasta la cintura. Su lugar de venta se encontraba directamente en el suelo, con una simple manta y otros materiales de trabajo. Pude observar cómo en sus manos ágilmente versaba metal convirtiéndolo en emblemas, y vario de los diseños que colgaban a su espalda eran los que necesitaba.

Ning- señor, usted me podría vender estos medallones?

Me puse en cuclillas mostrándole el papel con las imágenes de los emblemas necesitados.

(auspiciado por nuestra artista Milla).

El anciano luego de ver la imagen elevo su mirada y por un instante mi mente se congelo, esa mirada, esos ojos, no pertenecen a un anciano. Un par de azul zafiros ojos, los cuales dejaban ver una pizca de astucia y diversión. Que anciano tiene una mirada tan fresca a dicha edad, me hubiera encantado conocer a este hombre durante su juventud, debe haber sido una belleza.

Anciano- estos medallones son hechos por mí, pero no los vendo, mi lugar de venta es de trueque.

Ning- trueque, algún objeto en especial?

Anciano- libros.

Ning- libros?

El asintió en respuesta.

Anciano- un libro que contenga maravillas desconocidas, o historias asombrosas, puede ofrecerme algo de lo que pido, ¿jovencita?

Un libro que contenga maravillas desconocidas, podría servir las enciclopedias de animales extintos, no son de este lugar, pero bien podrían pasar por ficticios.

T.D.U.M (Trasmigración de una madre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora