❁⁎✬⁂【:.8.:】⁂✬⁎❁

350 45 0
                                    

A ver, uno poseía un líquido verde, el otro un líquido café oscuro, y el último un líquido rojo. Según el viejo éstos podían ser engañosos y su única arma era el olfato; bien podía elegir bien y tomar té, pero podía elegir mal y escoger el veneno, o peor, el fuerte laxante. Morir era mejor que sufrir de una terrible diarrea en casa de su suegro.

Se revolvió el cabello histérico.

—¡Maldición! Yo no sé nada de tés.

Regresó su mirada a los vasos, ya había probado olfateándolos pero parecían ser los mismos; ¡maldita sea! Bien podía estar en casa envolviendo regalos para sus amigos pero no, estaba ahí atascado con una taza de té, una taza con laxante y otra taza con veneno.

Acercó la mano al vaso con contenido rojo pero se detuvo, el rojo nunca presagiaba nada bueno. ¿Y el verde? ¿Y el café? El viejo dijo que la vista podría resultarle engañosa.

—Pero claro —chasqueó los dedos—, a ver —cerró los ojos y se concentró por un segundo. Tomó el primer vaso y lo acercó a su nariz, el verde casi no olía nada, tal vez estaba en lo correcto y tomó el que tenía veneno. Lo dejó en su sitio y tomó cautelosamente el siguiente para no tirarlo y quemarse la mano, lo acercó a su nariz y olió un aroma muy parecido a la canela, lo dejó en la mesa y del mismo modo que el anterior, tomó el rojo; ese, olía a menta.

Abrió los ojos deslumbrándose por la luz.

—Pues a sacrificarse.

Tomó el rojo y esperó no equivocarse.

...

Fue una pena que en esta ocasión, sus sentidos le fallaron tan descaradamente.

—Es increíble que haya tomado el veneno —dijo Hiashi con los brazos cruzados mientras Naruto ya hacia sobre un futón improvisado en la sala con dos médicos Hyūga atendiéndolo—. Menos mal que ya lo tenía previsto ¿Qué idiota pensaría en tomar un líquido rojo cuando está en verde? —Hiashi tomó del vaso verde mientras que Hinata miró desaprobatoriamente a su progenitor.

—Tú le dijiste que no se...

—Y hasta para elegir té, es malo —masculló decepcionado interrumpiendo bruscamente a su hija bebiendo otro poco de té.

Uno de los médicos le habló:

—Señor, ya está reaccionando.

—Vaya.

Los ojos azules de Naruto se abrieron pesadamente. Fue como si de pronto alguien hubiese apagado su interruptor (on/off) como si fuese un soldadito de plomo de baterías. De la nada todo se quedó en negro y despertó viendo las caras de un par de extraños con tapabocas en las caras.

—Hay mucho por hacer antes de que los ancianos decidan que no eres apto para Hinata —dijo Hiashi dejando la taza de té en la mesita a un lado de Naruto, quién con mirada perdida giró la cabeza hacia él—. No tienes ninguna experiencia en té, y por lo que ahora sé, eres un idiota cuando no hay puños de por medio.

—Papá.

—Es la verdad. —Miró a Naruto con firmeza—. Debes aprender cómo ser un señor, de lo contrario esos ancianos te comerán vivo. Qué te quede claro, esto solo fue una prueba de lo que se te viene encima. ¿Alguna duda?

Naruto quedó en silencio brevemente.

—¿Por qué el veinticuatro? —susurró puesto que sentía la boca seca y entumida—. ¿No pudo ser otro día?

—No. Los ancianos son caprichosos y no tienen a nadie con quién pasar las fechas. Supongo que no he de explicarte el porqué no tienen a nadie que les espere en casa ¿verdad?

¡𝐻𝑖𝑛𝑎𝑡𝑎! ¿𝐸𝑆𝑇𝐴𝑆 𝑀𝑈𝑅𝐼𝐸𝑁𝐷𝑂?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora