Capítulo 4

45 4 0
                                    

—¿En qué tanto piensas? —La voz del pelinegro ganó mi atención.

—En que estamos avanzando demasiado rápido —Respondí con entusiasmo, pues en tan solo una hora ya estábamos por las últimas de la información del trabajo que expondríamos en unos días.

—¿Y eso es bueno o malo?

—Demasiado bueno, ya no tendremos más preocupaciones para cuando se acerque el día —Dije sonriendo.

—Shhh —La voz de la bibliotecaria provocó que los dos giráramos en su dirección—. Están en una biblioteca, tengan respeto.

Métase su respeto por el...

—Pero estábamos susurrando —Soltó Zack mirándola.

—¿Te atreves a responderme?—Cuestionó la mujer mientras se acercaba más a nuestra mesa.

No, no, no.

Oh sí.

—Pues usted me estaba pidiendo una explicación y fue justo lo que le di —Espetó Zack y de un momento a otro ya estaba totalmente erguido sobre su silla. La señora no se quedó atrás, pues ya se ubicaba justo al lado mío mirando fijamente a Zack, quien se encontraba en frente de mí.

Ya se va a armar...

Paz, es lo único que pido por favor.

—Discúlpenos, no quiso responderle de esa manera —Me interpuse volteando a ver a la adulta, podía ver de reojo como es que Zack posaba su mirada en mí—. Justo estábamos terminando, ahora, si nos disculpa, ya nos vamos.

Aguafiestas.

—Bien, ya váyanse —Dijo tajante la mujer.

Y ante eso, vi de reojo a Zack, quien ya estaba abriendo la boca para responderle, supuse que no era nada bonito.

—Por supuesto —Me apresuré a decir dejando al pobre con la boca abierta, la encargada se retiró "amablemente", si es que así se le podría considerar a la manera en que avanzaba pero volteaba hacia nosotros para echarnos ojeadas.

Aquí entre nos, más bien al que estaba echando esas ojeadas era al pelinegro que tenía frente a mí, quien estaba guardando sus cosas como un niño pequeño con coraje guardado en su interior.

Se veía tierno.

Awww.

—Lo siento —Fui la primera en romper el pequeño silencio incómodo que se había formado—, no quería problemas.

—Está bien, no te preocupes —Me respondió amablemente, por su tono se podía notar que no tenía enojo, más bien se notaba tenso.

—¿Estás enojado? —Pregunté solo por curiosidad, porque, aunque sonaba más tenso que furioso, tenía esa pequeña sensación de ira.

—¿Enojado? —Respondió sonando escéptico—, ¿por qué lo estaría?

—Mmm, no lo sé, ¿tal vez porque por mí nos vamos a ir de la biblioteca? —Me había culpado sin siquiera darme cuenta.

Como siempre, ¿cuándo vas a entender niña?

Perdón.

Y TAMPOCO TE DISCULPES.

—Rox, sí estoy enojado —Alcé mi mirada cruzando mi mirada con la suya, no me esperaba esa respuesta—, pero es por cómo nos trató esa anciana, ni siquiera estábamos haciendo tanto ruido, y además, no hay tanta gente, ¿en qué carajos le afectaría a ella?

Okay, lo admito, su berrinche me hizo gracia porque tenía razón. Pero me reservé esa risa porque, repito, la señora todavía pasaba "disimuladamente" en frente de nosotros para asegurarse de que sí nos íbamos a ir.

Confío en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora