Ya había pasado una semana desde que Aquiles me echó del apartamento, todavía recuerdo su mirada y la rabia que había en ella, el problema era realmente serio. Los primeros días después de reunirme con Aquiles podía sentir la presencia de mis adorados acosadores en algunas ocasiones, los hombres de aquella organización llamada "El Credo" estaban cerca pero con el pasar de los días estas presencias desaparecieron.
¡Yo podía cuidarme sola! además, si de verdad era una Deidad como dijo Kristian... podría usar mis poderes como arma
¿Pero cómo convierto mi empatía en algo que pueda usar?
Las cosas iban bien en la escuela de danza y también llegaron muchas invitaciones para nuevas presentaciones en clubes, otras escuelas y en el teatro que Brenda había reinaugurado. Ricardo por su parte estuvo un tiempo alejado de mí, supuse que estaría ocupado por el trabajo, cuando lo llamaba siempre me decía que estaba muy ocupado, una vez escuche una voz familiar al fondo mientras hablábamos por teléfono, pero no le preste atención. En fin, las cosas se habían normalizado lo suficiente, Aquiles y los extraños sucesos quedaron atrás después de aquella bofetada que le di, se la merecía.
Caminaba por la avenida Tamanaco en dirección al teatro en horas de la mañana, según la carta que recibí, la confirmación de la presentación debía ser en persona, según a la carta tenía que firmar unos papeles.
Mi teléfono comenzó a sonar, lo saque de mi bolso y vi la pantalla.
Era un número desconocido.
— ¿Aló?
— ¿No sabes lo vulnerable que estas en este momento verdad?
Reconocí la voz casi inmediatamente, Era Aquiles.
— ¡Ashh! ¿Cómo conseguiste mi teléfono? Estoy ocupada ahora ¿Qué quieres?
— Solo quiero que colabores con nosotros, no solo te ayudaremos sino que podríamos lograr algo más...
— ¡Yo sé cuidarme sola! —Lo interrumpí— Estas muy equivocado si crees que voy a seguir metida en el rollo ese de...de ¡Devoradores! y lo demás... ¡Déjame en paz!
Tardé más en escuchar la moto que pasó por mi lado a toda velocidad que en darme cuenta que me arrancaban el teléfono de la mano, lancé una exclamación ahogada cuando mire mi teléfono en la mano del copiloto de la moto, se habían subido en la acera.
— ¡Hey! ¡Mi teléfono! —grité llena de rabia.
Un Sedan negro que estaba aparcado varios metros adelante había abierto la puerta del piloto era Aquiles, vestido con aquel traje negro, cerró la puerta y caminó hacia mí a paso tranquilo, pero cuando la moto estuvo a su alcance alzó su brazo tan rápido y tan violentamente que tomó de un brazo al hombre que me había arrancado el teléfono, haciendo que cayera al suelo estrepitosamente.
El piloto perdió el control de la moto y cayó al suelo varios metros más adelante deslizándose por la acera. Aquiles tomó mi teléfono y luego levantó al ladrón del piso sujetándolo del cuello.
ooooooooo
— Solo quiero que colabores con nosotros, no solo te ayudaremos, sino que podríamos lograr algo más...
— ¡Yo se cuidarme sola! Estas bien equivocado si crees que voy a seguir metida en el rollo ese de...de ¡Devoradores! y lo demás, ¡Déjame en paz!
Vi como el sujeto de la moto le arrancaba el teléfono mientras hablaba con ella, No me pareció extraño, Caracas era tan peligrosa como hermosa, y esta no iba a ser la excepción. Salí del auto y cuando tuve al desgraciado a mi alcance lo derribé de la moto. El piloto derrapó varios metros más adelante mientras que el copiloto luchaba por recobrar el aire cuando lo estampé de espaldas contra el pavimento.
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Devorador de Emociones [RESUBIENDO]
Science FictionLas emociones tienden a descontrolar nuestra forma de pensar, pero... ¿Que pasaría si además de cambiar nuestro comportamiento también nos cambia de forma física? Más fuerza, Agilidad, Desvanecernos en las sombras como la sombra misma o congelar obj...