Llegó la noche y aun estábamos en la casa de Ivanna, la ropa que Jorge me había traído hacia que pareciera un deportista lesionado en vez de un sujetó que fue atacado por cinco perros que expedían ira por los poros. No había detallado la casa de Ivanna cuando llegamos, me gustaba como había arreglado aquella pila de libros junto al sillón frente a la gran estantería. Jorge veía la televisión sentado en el sillón, veía las noticias y revisaba su celular. Algo olía bien, Ivanna estaba metida en la cocina, se había cambiado de ropa, leggins negro ajustado, zapatillas del mismo color y una blusa de tirantes Azul, atándose el cabello en un nudo en la cabeza. La hacía ver casi tan idéntica como cuando la conocí. Olía a pasta sal, y pimienta... pero parecía que se estuviera quemando. Me acerqué a la cocina para ver que estaba haciendo.
— ¿Cocinas? —dije recostándome en el mesón detrás de ella — ¿Tu?
— Tengo un hambre atroz y lo mejor que sé hacer es pasta con salsa blanca —me dijo, sin dejar de revolver lo que había en la cacerola más pequeña, supuse que era la salsa.
— Mmm... —fui al refrigerador y examiné lo que había en él.
— ¿Se puede saber que estás haciendo?
Encontré jamón y cilantro, tomé un poco de cada cosa y me dirigí al mesón junto al fuego, tomé una tabla de cortar y un cuchillo. Ivanna me miraba extrañada.
— Déjame ayudarte
— ¿Qué? ¡no! —dijo acercándose a mí para quitarme el cuchillo
— ¿Quieres darle más gusto a la salsa?
— ¡Oye espera!
— Añádele esto —le dije comenzando a cortar el jamón.
— ¡que no!
Con un movimiento rápido de sus manos me quitó el cuchillo antes de que pudiera seguir cortando. Estaba molesta, muy molesta.
— ¡¿Desde cuando eres chef?!
Miré con asombro su expresión, obviamente se sentía invadida en su propia casa, odiaba eso, me pedía una explicación así que tratando de no enojarme también suspiré profundamente.
— Cuando vives en España... —dije recostándome de nuevo en el mesón de la cocina —... y estas entrenando para controlar tu ira, lo primero que piensas después de un largo día de entrenamiento es... "tengo hambre, ¿Qué hay para comer?" y Xanders me decía "Un verdadero hombre debe saber hacer su propia comida chaval, si quieres comer tienes la cocina para ti solo"
— Y la cocina era una hornilla eléctrica en un apartamento de un barrio pobre de España.
— De hecho... —dije alzando las cejas—... el Chalet de Xanders era espacioso y la cocina era enorme, había todo lo que quisieras, pero no había quien preparara la comida. Así que me tocó defenderme solo en la cocina, encontré varios libros de recetas y comencé desde la gastronomía española hasta la italiana.
Hubo varios segundos de silencio entre Ivanna y yo, parecía dudar de lo que le había contado, no sabía si creerme o no... hasta que un olor llegó a mis fosas nasales.
— Lo siento...
— Se te está quemando la crema.
— ¡Dios! —Se giró rápidamente y apagó la cocina retirando la crema del fuego.
— ¿No eres muy dada a la cocina verdad?
— ¡Cierra la boca! ¡Déjame cocinar en paz!
— Al menos déjame ayudar.
Se giró hacia mí y me miró con los labios apretados y una ceja enarcada, me hizo mucha gracia.
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Devorador de Emociones [RESUBIENDO]
Science FictionLas emociones tienden a descontrolar nuestra forma de pensar, pero... ¿Que pasaría si además de cambiar nuestro comportamiento también nos cambia de forma física? Más fuerza, Agilidad, Desvanecernos en las sombras como la sombra misma o congelar obj...