Capítulo 23 - Dolor

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꧁༒•𝓓𝓸𝓵𝓸𝓻•༒꧂



NARRA YOR

El ambiente era horrible. Había perros cerca y se les escuchaba sus pasos por el incómodo silencio que se había creado entre nosotras.

Incluso se escuchaba a leve brisa, acariciándonos la piel y moviéndonos el cabello de un lado para otro.

Estaba quieta, siendo incapaz de moverme.

—Melinda, verás... —empecé diciendo—, es complicado de explicar pero... yo... trabajo como asesina.

Lo solté. Por primera vez en la vida, lo solté. Ya no había vuelta atrás, ya no puedo decirle que se lo había dicho de broma.

Si luego ella iba a la policía y me denunciase... ¡No, Yor, tienes que ser fuerte y confiar en ella! ¡Melinda no sería capaz de delatarme! ¿... verdad?

—¿Hablas de broma, verdad? —La cara de espanto que Melinda tenía no se la había visto nunca—. ¿Qué tipo de juego es este? ¿Uno que se ha puesto de moda hoy en día? ¿Acaso trata de inventarte oficios graciosos o...?

Le habría seguido el juego si no fuera porque estaba temblando de miedo por lo que sería de mí dentro de unos minutos.

—No, te lo digo en serio. —Cerré los ojos, sin poder mirarla—. Es mi trabajo y lo hago por la paz mundial. Asesino a todo tipo de delincuentes que puedan perjudicar al país para evitar ninguna guerra. Y lo digo en serio. Esta es la primera vez que se lo confieso a alguien. El único que lo sabe entre mi familia es mi hermano, nadie más.

Melinda me miraba sin poder creérselo. Tenía las manos en la boca, tapándosela con todas sus fuerzas. La veía agacharse, del miedo profundo que estaba sintiendo en aquel momento.

—¿Pa... pa... paz mundial? —tartamudeaba—. ¿Te... te dedicas a ma... mat... matar a la gente... por la paz... mund... mundial?

Asentí.

—Sé que suena ilógico pero no puedes pensar de los muchos peligros que he salvado a la gente. Los daños corporales en total en Ostania disminuyen un 40% cada año gracias a las muchas agencias ilegales que se dedican a salvar a la gente de apuros. Yo hago eso pero a mi manera. A veces, por duro que suene, hay que sacrificar a alguien para salvar a más personas.

—Pe... pero eso no qui... quita que...

—Lo sé, eso no quita que hayas matado a alguien. Soy consciente de ellos y pagaría lo que sea necesario después de que mi misión haya terminado.

—¿La de la... paz mundial?

—Sí, mi misión y la de toda mi agencia es la paz mundial. Que Ostania y Westalis no acaben en una guerra.

Melinda recuperó su compostura y se levantó. Seguía mirándome fijamente y desconfiadamente mientras que yo la miraba con seriedad.

<<Debo demostrar que voy en serio y que no le estoy tomando el pelo>> pensé.

—Me cuesta tomarte en serio, Yor —me admitió Melinda—, pero tampoco es que no crea nada de lo que tú me dices. Necesito tiempo para procesar todo esto. Prometo no delatarte pero te aseguro que en cuanto vea otro asesinato delante de mis ojos, te denunciaré.

<<No quiere ser testigo>> pensé.

—Entiendo y te comprendo. Te doy las gracias por no denunciarme. Prometo no involucrarte en nada de lo que trate mi trabajo.

Melinda puso una mueca y giró su cabeza hacia un reloj grande que había cerca de nosotras.

—Se me está haciendo tarde. Debo irme.

Nos despedimos mutuamente y, cuando la perdí de vista, me caí al suelo.

<<¡Lo he conseguido! ¡He conseguido mantener la compostura y salvar mi trabajo!>> pensé.

Si duraba un segundo más de pie, me habría dado un ataque al corazón.

Regresé a casa con un alivio impresionante.

<<Me pregunto cómo andará Anya hoy en clases>> pensé al ver su maní en la mesa.

~~~

¡Hoy es el día! ¡Voy a decirle al Segundo lo que malinterpretó de Ken y yo!

Había corrido a clases y lo vi parado en frente de la entrada a Eden. Todavía faltaban quince minutos para comenzar las clases... ¿Él también se habrá impacientado?

Cuando me vio, pareció inquietarse.

—¡Damian, debo decirte algo muy importante!

—Yo también —me admitió sonrojado—. Si quieres decirme lo tuyo primero...

<<¿Y si me confiesa que le gusta Ken?>> le escuché decir en sus pensamientos.

—Bien, allá voy —dije respirando y exhalando varias veces—. ¡Damian, yo...!

—¡NO! ¡NO QUIERO QUE SIGAS CON ÉL! —exclamó de repente Damian y yo me callé la boca—. ¡Lo he intentado, Anya, he intentado dejaros a solas porque os veía felices juntos pero...! ¡Odio verte con él! ¡Se me estruja el corazón cada vez que te veo con él! ¡Además, yo... NO QUIERO QUE TE SEPARES DE MÍ! ¡Desde que te has interesado en él, me he sentido dejado de lado! ¡Quiero que sigamos como siempre, los dos juntos!

Mi corazón daba un vuelcos cada vez que escuchaba a Damian decirme eso.

<<No quiero que me abandones, Anya>> le escuchaba decir en sus pensamientos. <<No sabes las cosas que has cambiado en mi vida y en mí mismo desde que te conocí. Abandonarte sería lo mismo que volver a mi vida de antes, en la cual no tenía nadie que me valorase. Eres tú la primera que me ha valorado...>> pensó y unas pocas lágrimas cayeron de mis ojos.

Damian se dio cuenta de eso y al ir a abrazarme, sin querer, me caí a la carretera.

Giré mi cabeza y vi a un auto en alta velocidad a punto de atropellarme. Cerré los ojos, esperando lo peor.

<<Gracias por todo, Damian>> dije como últimas palabras.

Sentí mi cuerpo siendo movido hacia un lado y abrí los ojos.

—¡AAAAAHHHHH! —escuché a alguien gritar.

—¡DAMIAN, NOOO! —grité a todo pulmón cuando lo vi en el suelo de la carretera su pie siendo atropellado por un coche.

Into You - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora