Into You - Damian x Anya

Capítulo 37 - Final

꧁༒•𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵•༒꧂

El amor es hermoso cuando no trae problemas. Eso fue lo que aprendí después de todos estos años. Y estaba agradecida de ello porque dejé de darle tantas vueltas a mis sentimientos y descubrí, demasiado tarde, lo que era el amor.

Damian y yo no nos hablábamos pero quizás fue gracias a ese tiempo que nos dimos, el cual me pasé interiorizándome y, así, descubrir lo que realmente sentía por él y no fue nada más y nada menos que amor.

Bueno... en realidad no fue realmente así... Papá, mamá, el tío Yuri e incluso los padres de Damian me fueron de mucha ayuda y me enseñaron mis verdaderos sentimientos. Me quedé atónita al descubrirlo, ya que me pasé toda mi vida pensando que lo que verdaderamente sentía por Damian era amistad. Mezclé indudablemente mis sentimientos. Ya descubrí lo que era el amor.

Transcurrió toda una semana y fui aprendiendo acerca de este extraño sentimiento que había empezado a florecer en mi interior. Mis nervios cuando estaba con él habían aumentado, mi pulso era mucho más rápido, mi respiración, a veces, me dificultaba hablar con él... ¿Eso era el amor?

Esa era la cuestión. El simple hecho de que una persona descubre que está enamorada de alguien, te pone mucho más nerviosa. Estaba casi al cien por ciento segura de que si hubiera descubierto lo que realmente sentía por el Segundo, habría estado comportándome de esta manera desde el inicio.

Yo ya no tenía muchas esperanzas de que Damian y yo estuviéramos juntos. Lo había estropeado todo por mi culpa. Me lo merecía. Pero lo que sí me gustaría era decirle lo que realmente siento por él. A lo largo de nuestras vidas había ido confesándole al Segundo continuamente pero siempre remarcando que era un amigo para mí. Jamás me había replanteado que quizás sintiese algo más que la amistad por él.

Y ahora no solo había descubierto mis verdaderos sentimientos, sino que además sabía lo que Damian sentía hacia mí. Se lo pude leer en la mente muchas veces pero en ninguna de esas veces lo había interpretado como un "me gustas" romántico. Pero ahora sí. Lo tenía claro. Damian también se había enamorado de mí pero, a la vez, me quería ver muerta, tal y como le dijo la otra vez.

No debería hablar con y fue por eso que al final conseguí que ese papelito que Ken me dio se me cayera al suelo disimuladamente. Sabía que Damian estaba mirando e intrigado en saber lo que ponía. Lo estuve vigilando desde fuera para ver su reacción y, siendo sincera, no fue la que me esperaba. Es más, habiéndole leído la mente y analizándole su reacción física, se había cabreado todavía más.

Me preguntaba el porqué.

De ahí en adelante nuestra relación se enfrió. No nos hablábamos ni nos mirábamos. Yo iba a mis clases particulares como todos los días y hacía los exámenes sin previamente estudiado con la ayuda de nadie.

Lo único bueno de todo eso era que podía leerle la mente a Damian. Sabía que estaba mal pero no podía evitarlo. Uno de los factores al estar enamorada era saber constantemente lo que realmente opinaba de todo. Y había veces en los que opinaba de cosas que yo hacía... pero no era nada bueno. Tenía la sensación de que día tras día iba odiándome más.

Aquel día tenía un ensayo del piano importante, por lo que salí de Eden más pronto de lo habitual. Cogí el transporte público y fui rapidísimo de ahí. No quería llegar tarde.

Llegué y empecé a practicar un poco antes de que se lo enseñara a mis profesores. Mis dedos temblaban al tocar una nota. Tenía que relajarme. Ya sabía lo que me iba a ocurrir si no me relajaba: perdería el hilo de la canción y el tiempo.

Ya llegó el momento de enseñarle a un público bastante grande mis dotes de música y empecé a tocar. No podía leer la mente de nadie porque sabía lo mucho que me distraía eso.

La gente se quedaba en silencio escuchándome y lo agradecía porque eso era lo que necesitaba para relajarme y hacerlo bien. Terminé y me levanté para saludarlos.

Vi a varias personas derramar varias lágrimas. Entre ellas...

Vi a Damian salir corriendo de la sala. ¿Estaba ahí? ¿Por qué?

Lo único que le escuché decir en su mente fue algo como "Tan perfecta como siempre".

Salí corriendo de la sala en su busca pero solo lo vi yéndose en su limusina.

~~~

NARRA DAMIAN

No lo sabía. No sabía que estaría tocando en ese ensayo de piano y tampoco sabía que tocaría una canción tan triste.

Maldición. Todo lo que trataba de ella me traía sin cuidado. Esa canción... ¿acaso no fue la que tarareaba en la isla?

Oh, dios mío. ¡Fue esa! Debió haberla cantado también. Tenía una voz tan suave... La voz perfecta para cantarlo.

Sacudí la cabeza. No, a pesar de todo esto, lo que me hizo fue imperdonable. No podía caer tan bajo. Una canción triste no justificaba que me hubiera destrozado el corazón en pedazos. Ella ya no significaba nada para mí.

Saqué la hojita de papel y lo volví a leer. No podía dejar de pensar en eso. A pesar de haber pasado meses desde eso, seguía teniendo ese papelito.

<<Anya se había enamorado de mí>> pensaba todas las veces que leía eso.

Apreté los dientes con ganas de romper algo. ¡No era justo! ¡No tenía ningún derecho a sentir lo mismo que yo sentía por ella cuando éramos amigos! ¡No ahora que me había enfadado con ella! ¿Por qué... no pudo enamorarse de mí cuando yo sentía lo mismo por ella?

La limusina paró y yo salí de ella y me adentré a casa. Sequé mis lágrimas cuando escuché una melodía en el último piso.

Intrigado, subí las escaleras. Una por una hasta llegar a donde la sinfonía se escuchaba.

Era ella. Lo sabía.

Empezó a tocar la misma canción otra vez pero esta vez la tarareó. Yo me quedé a escucharla. A pesar de todo lo que habíamos pasado juntos, esa canción era lo que nos unía a los dos.

Nunca me iba a olvidar de esos ojos esmeralda y esos labios rosados pero de lo que menos me iba a olvidar es de lo mucho que la amaba.

<<Si en verdad amas a alguien, déjalo ir>>.

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FIN - por ahora