Capitulo 12

11 9 0
                                    

Me giro lentamente y, entonces le veo. Está en

la puerta de entrada, con su imponente esmoquin y

su antifaz negro. Nuestras miradas se encuentran y,

lo siento. Un escalofrío recorre mi columna

vertebral. ¡Dios santo, es verlo y desearlo, no

puedo evitarlo! Sabía que si él estaba aquí, me

olvidaría hasta de mi propio nombre. Es el efecto

que ese hombre causa en mí. Es tan misterioso,

enigmático y, tan seguro de si mismo, que no puedo

hacer otra cosa que no sea admirarle y babear. Sí,

babear por dentro y por fuera. Es increíble, perosu sola presencia me excita de una manera

escandalosa. Suerte, que de momento soy

solamente yo quien se escandaliza. Hércules a mi

lado carraspea divertido.

—Ese Jack Sparrow, te tiene hipnotizada —

susurra en mi oído—. Ni se te ocurra volver a

querer convencerme de que no es para tanto. Los

dos giráis en otra órbita cuando estáis en la misma

habitación, es evidente.

—Tienes razón, pero estás equivocado en algo.

No era a ti a quien quería convencer de que no era

para tanto. Intentaba convencerme a mi misma,

porque lo cierto es que me acojona lo que este

hombre me hace sentir con solo mirarme.

—Te entiendo. Hace mucho tiempo que

conozco a Jack y, puedo asegurarte, que es la

primera vez que lo veo tan interesado en alguien.

Estos meses, iba y venía de vez en cuando, pero

desde que te conoce a ti, no se pierde una reunión.

Le gustas y, mucho. ¿No vas a acercarte asaludarlo?

—¿Estás de coña? Ahora mismo, no podría dar

un paso aunque quisiera, me tiemblan hasta las

uñas de los pies. —Hércules suelta una sonora

carcajada ante mi respuesta.

—Bueno, entonces, si no te importa, me

quedaré para hacerte compañía. Me encantaría ser

testigo de ver cuál de los dos, da el primer paso.

Lo siento, no me mires así—dice tras ver la

mirada asesina que le lanzo,— no puedes negar

que esta situación es muy divertida. Además,

seguro que prefieres estar acompañada mientras

esperas, o ¿prefieres qué te deje sola?—Lo pienso

durante unos segundos y, él tiene razón, no quiero

quedarme sola.

—¡Ni se te ocurra separarte de mí!—Asiente y,

depositando nuestras copas en una mesa redonda y

alta, situada a nuestro lado, me coge de la

mano y, me lleva al centro de la pista de baile.—Vamos a jugar un rato —me dice.

Reina De Corazones (Lust #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora