Capitulo 6

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Salgo del edificio con los dedos tocando mislabios que aún arden por el contacto de los suyos.

Ese beso ha sido... ¡Uau, ha sido la hostia! Sonrío.

Madre mía, si con ese beso ha conseguido dejarme

en este estado de excitación, no quiero ni imaginar

que pasaría si la cosa hubiera ido a más.

«¡Maldito ascensor que ha tenido que abrir sus

puertas en el momento más inoportuno!» —Me

quejo. Camino como una autómata, dejando que la

fina lluvia que ha empezado a caer sobre

Manhattan me empape.

No me importa mojarme, todo lo contrario. Si

de esta manera mis hormonas vuelven a la

normalidad merecerá la pena la mojadura. Una vez

en casa, me doy cuenta de que me he olvidado de

pasar a recoger las putas bambas del señor

Dempsey, no me extraña, diez minutos más

encerrada con él allí dentro y, me hubiera olvidado

hasta de mi propio nombre. Me siento algo

avergonzada, tanto erre que erre con que no me

gusta, con que no siento nada por él y a la mínima

oportunidad, si me descuido hasta le regalo mis

bragas. ¡Dios que patética soy! Si al menos

hubiera mostrado un poco de resistencia... peroque va, si hasta casi le hago una ola y todo. Uff,

ahora que se me está pasando el calentón, empiezo

a arrepentirme. ¡Seré idiota! Ha conseguido

demostrarme a mí, y así mismo, que no soy tan

inmune a él como aparento. «Menuda metedura de

pata Angeles—me regaño— ahora no va a dejarte

en paz hasta que consiga llevarte a la cama». A

pesar de que me estoy regañando a mi misma por

mi falta de dominio, el cosquilleo que siento en las

paredes de mi estómago cuando pienso en el señor

"soy un ogro", en la cama, y una servidora, me

sudan hasta las orejas, por no decir algo que en mi

cabeza suena mucho más soez y mucho más guarro.

¡Madre mía, madre mía, como se me va la

pinza! Necesito con urgencia una de esas

invitaciones a las reuniones del club para

desfogarme o acabaré cometiendo una locura. Ya

en la cama, sigo dándole vueltas a lo mismo.

Ahora lo que me preocupa es cómo voy a actuar

mañana en cuanto lo vea. Supongo que actuaré

como si nada, como si ese beso, no hubiera

significado nada para mí. «Si claro, eso no te lo

crees ni tú—me digo—, si al menos no hubierasgemido de satisfacción tonta del culo...». ¡Basta

ya, se acabó, ni un pensamiento más! Soy una

Reina De Corazones (Lust #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora