Capitulo 24

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En estado de shock, así me encuentro desde el

instante en que abrí la caja y vi lo que había en su

interior. A penas soy consciente de que Dairene me

lleva de la mano al pasillo. Lejos de las miradas

indiscretas y ávidas de saber porqué de repente se

me ha quedado esa cara. La posibilidad de que

todo esto fuera una broma de mal gusto, por parte

de mi amiga, queda descartada. La pobre se ha

quedado tan alucinada como yo. Lo que significa,

que solo hay una persona que pueda tener algún

interés en que yo reciba este regalo. ¿Llegó la hora

de la verdad? Puede ser...

—Angeles, me estás asustando...

—Tranquila, estoy bien. Es solo que...

—¿No vas a abrir el sobre y ver lo que haydentro?—Cojo el sobre del interior de la caja.

Sinceramente, no me atrevo a leerlo—.

¿Quieres qué lo haga yo?

—Gracias Dairene, pero esto es algo que solo

puedo hacer yo—. Abro el sobre con el corazón

martilleando en mi pecho. Lo leo. Podría distinguir

esa caligrafía entre un millón. Estoy harta de

tenerla delante de mis narices. La certeza de saber

a quien pertenece, derrumba mi existencia como un

castillo de naipes arrasado por un simple soplido.

« Ponte el antifaz y sube a la azotea»

—¿Qué dice? ¡Por el amor de Dios Angi, di

algo!

—Que me ponga el antifaz y suba a la azotea.

—¿Vas a hacerlo?

—Por mucho que me pese, debo hacerlo.

Quiero saber de una vez por todas la verdad.Aunque esa verdad duela y destroce mi vida, debo

hacerlo. Acabar de una maldita vez con la

incertidumbre de saber si será, o no será. Acabar

de una maldita vez con esta historia que está

consiguiendo volverme loca.

—¿Estás segura?

—Completamente—la miro a los ojos, y en su

mirada puedo ver perfectamente la preocupación.

Saco de la caja el antifaz, pero no me lo

pongo. No lo haré. Yo no necesito esconderme

detrás de una

máscara para afrontar la realidad. Le entrego

la caja a Dairene y ésta, me acompaña hasta el

ascensor en silencio. Un silencio incómodo y

cargado de tensión por lo que está a punto de

suceder. Mientras esperamos a que el ascensor

baje, ella coge una de mis manos y la aprieta,

transmitiéndome con ese gesto algo de fuerza y

valor. Lo necesito.—Angeles, prométeme que pase lo que pase ahí

Reina De Corazones (Lust #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora