Reina De Corazones (Lust #1)

Capitulo 21

Llevo haciéndome la misma pregunta una y

otra vez desde que salí del edificio D&D esta

mañana. En el mismo momento que las palabras

«eres mía, no lo olvides» salieron de la boca de

Ricardo Dempsey, otro hombre y otro lugar,

aparecieron en mi mente al instante. ¿Es posible

qué Jack y Ricardo, sean la misma persona? Ahora

más que nunca, pienso que sí, que es muy probableque los dos hombres que ocupan mi mente desde

hace meses, sean uno. Y yo preocupada hasta el

punto de tener a Dairene igual que Sherlock

Holmes detrás de su hermano intentando averiguar

si Ricardo era miembro del club y, va a ser que me

he estado acostando con él sin saberlo. ¿Tan ciega

estaba por la lujuria y por la pasión qué ni siquiera

sospeché nada? Pues va a ser que sí, eso, o que

soy más estúpida de lo que creía. También cabe la

posibilidad de que en realidad yo no quisiera

verlo. Mi subconsciente me enviaba señales

continuamente. Esos sueños tan húmedos en los

que ambos aparecían ya fuera juntos, o por

separado, incluso mezclándose entre si,

posiblemente querían decirme lo que yo no veía ni

teniéndolo delante de las narices. Pero

sinceramente, nunca sospeché nada. Sí, veía un

tanto raro el comportamiento de Jack cuando

estaba conmigo. El hablarme solo en susurros y, en

momentos puntuales, cuando estaba claro que yo

no prestaba ni la mínima atención porque estaba

perdida en las maravillosas sensaciones que él me

provocaba, pero de ahí a pensar en algún momentoque ese hombre fuera el "señor soy un ogro", como

que no.

Sí, estoy segura. Mi subconsciente lo sabía.

Recuerdo claramente cuando Ricardo me pregunto

por mi tatuaje, y como a mi casi me da un infarto

porque Jack también me lo había mencionado.

Reconozco que en ese momento, pensé en la

posibilidad de que ellos... pero me pareció tan

absurdo, que automáticamente deseché la idea.

Bueno, automáticamente no, solo cuando Ricardo

me recordó que había visto mi tatuaje aquel

maldito día de los chupitos de aguarrás, cuando al

llevarme a casa porque no me tenía en pie, tuvo

que desnudarme y meterme en la cama.

¿Coincidencias de la vida qué los dos me hablaran

de lo mismo? Pues va a ser que no.