Aquella relación rota injustamente, conserva el sabor amargo de la soledad que le produce la melancolía cada vez que cruzan miradas, cada vez que ella intentaba compartir una conversación, cada vez que un recuerdo generaba lágrimas y arrepentimiento...
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— _______...¿en qué momento? — Hakkai solo había dejado de ver la ventana unos pocos segundos, y Mikey jamás dejó de hacerlo, ¿cuándo llegó ella ahí? — ¿Teletransporación..?
— No es el momento para hacer bromas, hay que bajar ahora, carajo. — Chifuyu fue el primero en apresurarse a la puerta, tenía miedo de lo que podría desatarse ahí abajo, especialmente de parte de su mejor amigo. — Por favor... controla tus palabras, no vayas a decir nada de lo que puedas arrepentirte, maldición...
Mientras sus amigos se apresuraban por los pasillos y escaleras, Baji estaba mirando fijamente a la mujer que tenía en frente de ella. Esa luz que emitía ella desde el primer día que lo había encantado, ya no estaba. Se veía exhausta, como si no hubiera dormido durante días, con una piel sin ningún color, incluso hasta un poco más delgada... pero por sobre todo, se miraba muy triste.
Aunque él no se veía mejor, ambos se veían increíblemente deprimentes. Baji suspiró, conteniendo sus ganas de arrodillarse y pedirle perdón, para seguir caminando hasta quedar en frente de ella. Su mirada era dura.
— Muévete... me tapas la entrada.— Mirarla a los ojos era incluso más doloroso que simplemente no verla. Sabía que le hacia daño, pero necesitaba que entendiera que no podían hablar. No por ahora. — Por mucho que me mires con esa cara afligida, no cambiará nada. Muévete.
— No lo haré...— Susurró, a pesar de tener las manos y piernas temblando, no pensaba mover ni un dedo.— Habla conmigo, Keisuke... por favor, yo sé que me mentiste ese día, yo-
— Dios, cierra la boca.— Baji tuvo que cerrar los ojos, no podía soportarlo, su corazón se estaba oprimiendo con cada palabra suya.— No me llames por mi nombre nunca más. Es más, no vuelvas a llamarme, simplemente desvanécete de mi vista.
— ¡No haré eso, solo dime la verdad!
-— ¡Tampoco te diré una mierda, solo muévete!
— ¡BAJI! — Chifuyu llegó a la primera planta, empujando a su mejor amigo lejos de la chica después de escuchar como le gritaba.— ¡¿Si acabas de escucharte?! ¡¿Qué es lo qué te pasa?!
— ¡Ella es la que no quiere dejarme avanzar! — Baji estaba en su punto más bajo, no podía mirar a nadie a la cara, su mirada estaba clavada en el piso, si la miraba una vez más se derrumbaría, era seguro. — ¡A la mierda, me largo!
— ¡Espera, Keisuke!-
— ¡Te dije que no me llames, maldita sea! — Ese último grito salió con mucho dolor, camuflándose entre un acto de rabia. Ella sintió como sus palabras habían sido calladas a la fuerza, a pesar de que tenía mucho que decir, solo su respiración salía. Y no fue la única, todos sus amigos quedaron sorprendidos. ¿De verdad era el mismo Baji que hace un par de semanas? — Mierda...
