Aquella relación rota injustamente, conserva el sabor amargo de la soledad que le produce la melancolía cada vez que cruzan miradas, cada vez que ella intentaba compartir una conversación, cada vez que un recuerdo generaba lágrimas y arrepentimiento...
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Era un día espléndido.
El sol estaba en su punto más alto, con las nubes cubriendo bastante de él, dejando ver unos cuantos rayos dorados entre agujeros. El frío comenzaba a sentirse debajo de la ropa, y los guantes ya no eran una opción, era una necesidad al igual que el abrigo. El invierno estaba comenzando, y con ello, los exámenes finales.
— Bien chicos, como saben hoy empiezan los exámenes finales.— Este día era el favorito de los profesores. Algunos por mera maldad de ver a sus alumnos pagar por hablar en clases, y otros que ven el potencial de sus alumnos. Cualquier opción era viable y secreta. — Daré las indicaciones finales antes de comenzar.
Keisuke saco un gran bostezo ignorando el protocolo, completamente tranquilo por los exámenes. Confiaba en sus conocimientos, a pesar de que no hace mucho casi reprueba materias. Pero ahora era distinto, se sentía distinto. De repente, un papel cayó sobre su escritorio. Volteó viendo a Chifuyu, quién se lo había tirado.
Su dedo señaló a su lado, aclarando que no es de él. La chica a quien apunto se encogió en su escritorio, tapando su rostro con sus brazos, haciéndolo reír por lo bajo. Seguía siendo muy linda.
"¡Buena suerte!" Decía el papel.
Baji volvió su vista a ella, subiendo su pulgar como respuesta a su papel, que claramente lo guardaría para siempre.
— Bien, chicos. Ahora repartiré los exámenes, no se responden dudas entre medio a menos que sea una pregunta respecto a la redacción de la pregunta. Sin más que decirle, mucho éxito. — Las hojas comenzaron a caer por los diversos escritorio, comenzando la ultima batalla del semestre.
Les dieron dos horas para terminar el primer examen, y las dos horas fueron ocupadas. Ninguno se movió del asiento hasta que la campana sonó, provocando distintas reacciones. Aunque la mayoría era de pura frustración. Fue de todo menos sencillo para un gran número de estudiantes.
—¡_________! ¿Cómo piensas que te fue? — Hinata fue la primera en acercarse a ella con su almuerzo en mano. — A mí... decente.
— ¿Realmente le preguntas a la chica que siempre ha salido en el top tres de las mejores clasificaciones en la escuela como crees que le fue? — Nahoya moría de envidia, pero al mismo tiempo se le notaba tranquilo.— Si no fuera por tus sesiones de estudio, hubiera reprobado seguramente.
— Es verdad, salieron muchas preguntas que nos hiciste antes. — Shouya lo siguió.— Gracias por ayudarnos a estudiar. Debiste haberla pasado mal.
— ¡Para nada! — Su sonrisa era tan brillante como para compararla con un ángel.— Fue muy divertido, además que gracias a ustedes pude memorizarlo casi todo.
— No habla muy bien de nosotros. — Baji apareció por detrás, sonriendo como un ganador. — Quizás estas notas no me dé vergüenza mostrárselas a mí mamá.