Capitulo 9: Una carta con mucho amor.

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(Amar en absoluto es ser vulnerable

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(Amar en absoluto es ser vulnerable. Ama cualquier cosa y tu corazón será retorcido y posiblemente roto. Si quieres asegurarte de mantenerlo intacto, no debes dárselo a nadie, ni siquiera a un animal).

- C.S. Lewis, "The Four loves"

Esta reflexión, se encuentra en el contexto de su discusión sobre cómo el amor y la vulnerabilidad están intrínsecamente ligados. Algo que no podía entender del todo.

Siempre fue criada con la idea inculcada de que el amor era un sentimiento casi utópico, que pocos son los afortunados que logran sentirlo en su máximo esplendor. Sin embargo este autor hablaba del sentimiento como si fuera la peor tortura que existe en el mundo. Como si fuera un tesoro que nunca debía ser tocado por nadie más que por uno mismo.

¿Qué más da sufrir un poco si la recompensa es una absoluta felicidad? ¿Se considera egoísta si quiere el corazón de alguien?

- ¿Qué lees, _________...? - Kazutora apoyo su mentón en su hombro, colándose detrás ella bastante cercano, aunque no demasiado. - ¿Una historia romántica?

Él se sentía feliz, estar tan cerca de su cuello hacia que quisiera devorarla como a un animal indefenso y lleno de confianza. Su olor, su suave piel y sus tiernas mejillas abultadas que le daban una apariencia aniñada y adorable le daban vida a su solitario corazón.

- Eso pensaba... - Susurró, cerrando desilusionada aquel libro de la biblioteca. - Pero no es más que un libro lleno de ideas subjetivas. - Se molestó. Vino al lugar buscando ayuda y salió enojada. - Buscaré otro.

- ¿Aun crees en el amor? - Preguntó con un volumen bastante bajo, siguiendo su paso por detrás. Aún acostumbraba quedarse todas las tardes con ella arreglando la biblioteca, aunque fuera tedioso ver tantos libros, lo haría una y mil veces con tal de pasar un par de horas con ella a solas. - ¿Aun después de...? - No quería mencionar su nombre. Era una de las personas más preciadas en su mundo, pero le inundaban los celos de solo pensarlo.

- Más que nunca. - la sonrisa llena de esperanza que le dedico dándose la vuelta le destrozó el corazón. Era hermosa, pero no era por él. No tuvo más remedio que desviar la vista a un estante con libros a su izquierda. - Yo... no pienso rendirme aún. - Su voz se suavizó, recorriendo la mirada por el pasillo, riendo suavemente al recordar que hubo una ocasión donde Bajista se accidentó en la escalera para alcanzar los libros de arriba. - Dime, Kazutora... - Le habló nuevamente, colocando el libro correspondiente en uno de los espacios vacíos. - ¿Cómo puedo hacer que vuelva conmigo?

- ¿Tanto lo necesitas...? - Murmuró inaudible para los oídos de la chica, odiándose a sí mismo por aborrecer la idea de que ambos vuelvan. - Yo creo... a él le gusta... - Se mordió lo labios, ignorando el hecho de lo que más le gustaba al chico era ella. - A él le gustan los regalos...

¡Voy a recuperarte, Baji!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora