34. La teoria del: poder

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La cordura de Jimin había armado su valija y se había ido de viaje muy lejos ya que su mente estaba cegada por la lujuria y los besos leves que Jungkook dejaba en su nuca mientras abría la puerta de su departamento con algo de torpeza.

Fue casi empujado a la pared para quedar encasillado entre los brazos y el cuerpo del más alto que no tardó en atacar nuevamente sus labios, el rubio exhaló una pequeña risita nerviosa entre sus labios.

─Pareces...─Beso─. Un maldito...─una leve mordida en su labio─. Adolescente caliente.

Jungkook sonrió sobre sus labios bajando sus manos hacia el culo del más bajo para apretar un poco, ladeó su cabeza cuando Jimin pego un leve saltito quedando aún más cerca de su pecho.

─¿Podrías culpar a un simple mortal que está ansioso por probarte? No es una oportunidad que se me dé todos los santos días ─Se encogió de hombros.

Jimin puso sus ojos en blanco antes de empujarlo un poco tratando de no reír solo para buscar sus gafas y luego girarse para tirar de Jungkook de la hebilla de su cinturón, cosa que lo volvió loco y que el rubio notó al ver como sus fosas nasales se abrían con fuerza y su mandíbula se tensaba para evitar una gran sonrisa.

─Sígueme.

─¿Vas...─Curvó su sonrisa cuando sus labios comenzaron a trazar besos con una lentitud peligrosa e intoxicante desde su garganta hasta arriba─. A poder conmigo, Min? ¿Hmm?

Sus ojos se alzaron hasta encontrar los orbes brillantes del rubio. Jungkook alzó una ceja, deslizando sus dedos por el contorno de la mandíbula de Jimin con delicadeza. Una risa suave y juguetona escapó de sus labios antes de estirar su mano para quitarle las gafas y colocárselas con una sonrisa divertida.

Jimin parpadeó sorprendido al ver al pelinegro con sus gafas.

Éste último miró fijamente a Jimin mientras esperaba su respuesta. Los latidos de su corazón se aceleraron en su pecho, llenos de anticipación y un toque de nerviosismo. Sabía que estaban cruzando una línea, pero también sabía que había algo más. Sin embargo, ambos habían acordado no etiquetar su relación por el momento.

Jimin tomó un momento para procesar las palabras de Jungkook, su mirada intensa y el juego sensual de sus labios en su piel. Sus mejillas se tiñeron de un suave rubor, y su respiración se volvió más irregular. La tensión entre ellos era palpable, y Jimin sabía que no podía resistirse más.

Con una mezcla de deseo y una sonrisa traviesa en sus labios, Jimin se acercó a Jungkook lentamente. Sus manos temblaban ligeramente mientras deslizaba los dedos por el pecho de Jungkook, sintiendo la firmeza de sus músculos debajo de su tacto.

─Creo que... puedo estar a la altura del desafío, Kookie ─murmuró Jimin con voz ronca, dejando escapar un suspiro cargado de anticipación.

Jungkook sonrió con complicidad, sintiendo cómo su corazón se aceleraba aún más. Deslizó una mano por la nuca de Jimin, acercándolo más a él, y sus labios se encontraron en un beso cargado de pasión contenida. El aire se volvió denso a su alrededor, y cada roce, cada caricia, era una promesa de algo más.

Con manos temblorosas, Jungkook acarició el rostro de Jimin, deslizando sus dedos por sus mejillas suaves y sonrosadas. Lentamente, se separaron del beso, pero sus labios aún estaban tan cerca que podían sentir el cálido aliento del otro.

Sin decir una palabra, Jimin tomó la mano de Jungkook y lo llevó hacia su habitación.

El ambiente estaba cargado de electricidad y anhelo, mientras se adentraban en lo desconocido, explorando un nuevo territorio de intimidad compartida. El sonido de la puerta cerrándose resonó en la habitación, sumergiéndolos en un mundo propio donde solo existían ellos dos. Sin palabras, sin compromisos, solo el deseo mutuo y una conexión intensa que los envolvía.

Las manos hábiles y fuertes del pelinegro rozaban y quitaban la tela que le impedía tocar esa suave piel que tanto deseaba probar sin dejar de besar y estimular al rubio que ahora ya se encontraba completamente desnudo ante sus ojos.

La luz tenue de la mesa de luz era suficiente para ver como el pecho de Jungkook subía y bajaba con rapidez cuando las manos de jimin comenzaron a desvestirlo con la misma necesidad. El rubio indicó en donde buscar el lubricante y los condones en la puertita su mesa de luz, Jungkook sonrió levemente al alcanzarlos y notar el rubor en las mejillas del rubio que ahora desviaba su mirada.

─Hey...min...─Musitó estirando su mano para colocarla debajo del mentón del mayor y así girando su rostro─. ¿Estás bien?

Su voz era suave y calma mientras lo miraba fijamente, aunque sus mejillas casi que ardieron al igual que las de Jimin al notar que la mirada de éste ahora estaba en su entrepierna.

─Hace mucho que no...─Tragó duro ahora notando la sonrisa divertida en los labios del pelinegro a la vez que éste tiraba de su ropa interior develando así su miembro, el rubio parpadeó─. Oh por...

─¿Puedo proseguir señor Park?

Eso hizo que el rubio soltara una leve risa nerviosa pero que ayudó a que dijera que "sí". Los largos dedos tatuados del más alto cubiertos en lubricante eran la imagen más exótica que Jimin había visto jamás, su cabello negro estaba despeinado y aún así se veía como un pecado sumamente cautivador.

Jungkook alzó una de las piernas del rubio para darle más acceso y así inclinarse para rozar sus labios mientras sus dedos tocaban su entrada. La boca del pelinegro era caliente en su mandíbula y cuello haciendo temblar al rubio que sentía como los dígitos del más alto entraban en su interior y comenzaban a prepararlo.

─J-Jung...─quería gemir su nombre pero los labios de éste atraparon los suyos en un beso suave cuando otro dígito entró.

Podía sentir la erección del pelinegro, separó sus labios de los de éste cuando sintió que estaba listo, su mano acarició su nuca notando la mirada intensa sobre él.

─A-ahora.

Y eso bastó para que el ruido del sobre del condon se abriera y que el pelinegro se acomodara entre las piernas del rubio sin dejar de mirarlo.

Los labios de Jimin se entreabrieron ante la intrusión, echó su cabeza hacía atrás dándole acceso a los labios de Jungkook hasta que estuvo por completo adentro, comenzó con embestidas suaves hasta que comenzó a ganar fuerza y rapidez, los labios del rubio estaban rojos y brillantes ante los besos y mordidas que le dejaba el pelinegro al escucharlo gemir y pedir por más.

Y así, en medio de susurros, gemidos  y suspiros entrelazados, mientras se perdían en la pasión y el éxtasis, ambos entendieron que esto lo cambiaba todo. No tenían etiquetas ni nada por el estilo y sinceramente no iban a discutirlo ahora mismo.

─Min...─gruñó sintiéndose casi llegar al limite.

─Bésame ─Exigió sintiéndose sensible y extasiado.

¿Y quién era Jungkook para negarse? Lo besó, una y otra vez hasta que llegaron a su clímax, sudados, cansados y con la mente revolucionada de miles de pensamientos, aunque ahora mismo solo el sonido de sus respiraciones agitadas era lo que importaba y como sus miradas se encontraron al finalizar.

Estoy en problemas. Pensó uno de los.

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NO ME PEGUEN😭, VOLVÍ, NO ABANDONÉ LA HISTORIA. Pasaron cosas estos meses jajjas pero acá estoy <3

The Theory ─ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora