─¡Vamos, levántate! ¡Es una noche importante Jimin-ah! ─Le había dicho Taehyung al tirar de su brazo hasta que Jimin aceptó.No tenía ganas de salir de su departamento, habían pasado un par de días. Exactamente, ocho días en donde el rubio no había visto a su vecino-amigo, y no porque lo evitara, sino porque Jungkook solo iba a su departamento para dormir y se marchaba mucho antes de que Jimin pudiera salir para hablar con él, tampoco se animaba a escribirle un mensaje.
Patético, se decía así mismo antes de bajar del vehículo junto con sus amigos.
La noche del importante partido de béisbol había llegado, y Jimin acompañó a Taehyung y Hoseok al estadio. La emoción llenaba el aire mientras los fanáticos se reunían en las gradas, listos para apoyar al equipo Red Dragons y animar a sus amigos. Sin embargo, Jimin tenía una razón adicional para estar allí: ver a Jungkook en acción.
El rubio y su amigo encontraron asientos en las gradas y esperaron ansiosos el inicio del partido. Los Red Dragons, el equipo en el que Hoseok era el capitán y Jungkook jugaba como pitcher, eran uno de los favoritos para llevarse el campeonato, y Jimin no podía evitar sentirse emocionado y nervioso al mismo tiempo.
Justo cuando el juego estaba a punto de comenzar, Jimin divisó a alguien que no esperaba ver en ese lugar: Rye, la ex novia de Jungkook. El corazón de Jimin se hundió en su pecho al recordar el pasado, sabiendo que su presencia no traería nada bueno.
Rye se acercó a ellos, su expresión llena de desdén mientras dirigía una mirada fría hacia Jimin.
─Oh, miren a quién tenemos aquí. Jimin, ¿no deberías estar rezando en lugar de venir a este tipo de eventos? ─dijo Rye con un tono burlón, su voz cargada de desprecio.
El rubio apretó los puños, recordando todas las veces que Rye lo había menospreciado y herido con sus palabras hirientes. Pero sabía que tenía que mantener la calma y no caer en su juego.
─Estoy aquí para apoyar a Hoseok y a Jungkook. Creo que puedes entender eso, ¿verdad? ─respondió Jimin con voz firme, negándose a dejarse afectar por sus palabras.
─Así que piérdete ─Taehyung le dedicó una sonrisa forzada antes de volverse hacia adelante.
La muchacha se rió despectivamente y miró hacia el campo, donde Jungkook se preparaba para lanzar su primera bola. Sus ojos se iluminaron con una chispa de interés.
─Bueno, al menos tienes buen gusto para admirar a tantos hombres desde lejos ─Dijo con una pizca de sarcasmo tomando asiento al costado del rubio
Jimin sintió un nudo en la garganta mientras recordaba la noche en la que se atrevió a confesarle a Rye su orientación sexual. Fue un momento doloroso que marcó el final de su amistad y le mostró la verdadera naturaleza de Rye.
Antes de que Jimin pudiera responder, el juego comenzó y todos los ojos se dirigieron al campo. El rubio se sumergió en la emoción del juego, tratando de alejar sus pensamientos de Rye y enfocarse en el rendimiento de Jungkook.
El tiempo pasó y el partido avanzó, con los Red Dragons mostrando su habilidad en el campo. Jungkook se destacaba como un jugador talentoso, y Jimin no podía evitar sentirse orgulloso de él.
Sin embargo, a medida que el juego llegaba a su clímax, Jimin notó que Jungkook parecía distraído. Su mirada se desviaba ocasionalmente hacia las gradas, donde Rye seguía observando con una sonrisa enigmática en el rostro.
La tensión en el aire era palpable, y Jimin comenzó a preocuparse. Sabía que Rye no era alguien de confianza y temía que su presencia pudiera afectar a Jungkook en el juego.
De repente, el juego llegó a su fin y los Red Dragons se alzaron con la victoria. Los fanáticos estallaron en aplausos y vítores, pero Jimin no podía celebrar plenamente.
Entonces, sus ojos se encontraron con los del pelinegro, y pudo ver la preocupación en su mirada.
Sin pensarlo mucho, se levantó de su asiento y decidió enfrentar la situación de frente. Caminó hacia el campo lleno de fanáticos en donde Jungkook estaba junto a Rye, quien había bajado mucho antes para abrazarlo y también celebrar, ahora mismo la muchacha estaba abrazada al brazo del pelinegro de una manera íntima que hizo que Jimin tuviera que aclarar su garganta para que el más alto se girara en su dirección.
─Felicidades, fue un excelente juego ─Sonrió levemente.
─Gracias Jimin ─Musitó tratando de imitar su sonrisa.
Jimin, no dijo Min. Tragó duro antes de seguir.
─Necesito que hablemos de algo ─dijo Jimin con voz firme, su corazón latiendo acelerado en su pecho.
Jungkook miró a Jimin con sorpresa y luego a Rye, cuyos ojos brillaban con malicia.
─Jimin, ahora no es el momento ─respondió con voz sería pero ojos suplicantes tratando de mantener la compostura a pesar de la incomodidad de la situación.
Jimin sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, pero se obligó a mantener la calma.
─Lo siento, pero esto es importante. Necesito hablar contigo. ─Luchó por contener la emoción en su voz, deseando que Jungkook entendiera la seriedad de la situación.
Pero aún así miró a Rye por un momento y luego a Jimin, su rostro mostrando conflicto interno. Finalmente, exhaló meneando su cabeza.
─Lo siento, pero no puedo ahora.
─Vámonos, ¡Se van a ir a celebrar sin nosotros! ─Advirtieron Rye al jalar del brazo del más alto solo para luego bajar su mano para entrelazar sus dedos con los del pelinegro─. ¡Ahora Jungkookie!
Y sin decir otra palabra ambos se giraron para irse, Jimin vio cómo Jungkook se alejaba de la mano de Rye, sintiendo un agudo dolor en su corazón. Sabía que la noche no iba a terminar como esperaba, y temía las consecuencias de este inesperado encuentro.
Observó cómo Jungkook se alejaba con Rye, y una mezcla de tristeza y frustración lo invadió. Se quedó allí, en medio de la multitud, sintiéndose solo y vulnerable, tal vez esperando que Jungkook se girara para verlo y volver.
Pero Jungkook jamás se giró a verlo.
Sin saber qué más hacer, Jimin decidió regresar a su departamento. Caminó lentamente, sumido en sus pensamientos, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Cada paso parecía más pesado, y su corazón latía con una mezcla de deseo y miedo.
Al llegar a su departamento, cerró la puerta tras de sí y se dejó caer en el sofá. Sus emociones estaban en guerra, y no sabía cómo manejarlas. Quería gritar, quería llorar, quería que todo fuera diferente.
Entonces sus ojos cristalinos vieron un pequeño cuaderno tirado debajo del sofá, lo tomó entre sus manos y
con letra poco legible Jimin se rió entre unas lágrimas que bajaban por sus mejillas al leer las 36 preguntas.Al parecer esas malditas preguntas habían funcionado, y en éste momento se odiaba por darse cuenta que había caído en su propio juego solo.
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Pls no me vengan con antorchas enojadas.
Lxs quiero <3
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The Theory ─ Kookmin
FanficJimin se siente feliz porque ya tiene el tema para su tesis: "¿Se puede enamorar a una persona con solo 36 preguntas?" Y pensaba que encontrar a alguien que lo ayudara a probarla iba a ser difícil hasta que Jungkook, el novio de su ex mejor amiga, s...