°Detén mi sufrir° [Identity V] •BL - GL•

01

Andrew se despedía de Tracy con una pequeña y tímida sonrisa. Aún sentía algo de vergüenza por decirles sobre la inesperada invitación de Xie Bi’an y Fan WuJiu, aunque este último más parecía haberlo intimidado. Recordando aquello dejó que un suspiro cansino se escapara de sus delicados labios. Tal vez, y solo tal vez debería asistir a ese encuentro. No era por qué lo deseaba, efectivamente no lo era… ¿O sí?

—Ni siquiera lo pienses, Andrew Kreiss.

—Pero si no dije nada…

La doctora giró para verlo directamente a sus bellos rubíes. Andrew alzó un poco más la sábana cubriendo la mitad de su rostro.

—No dijiste nada, pero pensaste en lo que Xie Bi’an te propuso.

El albino no dijo nada ante está afirmación. Emily era alguien a quien no podrías mentir fácilmente y, aunque pareciera cruel, ella solo hacía lo posible para mantenerlos a salvo. Tenía una extraña enemistad con Freddy y Kreacher, más nunca les quisieron hablar del por qué de ello. Sin embargo, esos tres junto a Emma hacían buen equipo cuando les tocaba jugar en la misma partida.

—Emily…— el mayor tarareó en respuesta. —¿Enserio no puedo ir? — la de hebras café se quedó en silencio por unos instantes. Andrew pensó que se negaría una vez más, no obstante, solo escuchó el leve lamento de la contraria.

—Solo si el prometió protegerte puedes ir. — La rodonita del chico se iluminaron al percibir aquellas palabras. —Pero…— el albino prestó atención. —Al estar en ese lugar busca a Víctor o pregunta si lo han visto.

El sepulturero asintió a la petición. Era lo primordial buscar a su tímido compañero.

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Sin poderlo evitar el joven que cubría con una venda su mirar sentía culpabilidad por lo acontecido en el juego de ese día. Haciendo compañía a Martha creía percibir cierta incomodidad en el ambiente, no sabía con certeza si aquello era real o solo un producto de su reciente paranoia. La señorita de claros cabellos dándose cuenta del martirio interno por el que estaba pasando, habló.

—Gracias por acompañarme hasta aquí Eli y también por rescatar a Emily cuando debí hacerlo yo.

El vidente negó con suavidad ante lo pronunciado. No se merecía aquellas palabras, no pudo ayudar en nada.

—No tienes que agradecerme. Fue mi culpa que salieras lastimada…

Martha refunfuñó y le dio un pequeño golpecito en la frente por lo mencionado, haciendo que el de hebras un poco más oscuras quedara atónito por la ligera acción de la joven.

—Como la persona de la que depende sus vidas es obvio que saldré lastimada. Mas no debes sentirte culpable, fue mi error al ponerme nerviosa. — El muchacho quiso objetar las palabras de su contraria, siendo detenido inmediatamente por esta. —Ya te lo dije, no te disculpes. No necesitas hacerlo. — Martha se colocó frente a el con una suave sonrisa en el rostro. —Relájate y descansa un poco Eli, no quiero que te desmayes uno de estos días. ¿De acuerdo?

Eli “observó” la mano extendida hacia él y con algo de inseguridad la aceptó cerrando el pequeño trato con la coordinadora. La de orbes miel pareció encantada ante ello, retirándose así con una simple despedida a sus aposentos y dejando al vidente solo en el corredor. Con cierta inquietud en su ser comenzó a alejarse del lugar con extrema lentitud. ¿En serio estaban bien con ello?

No lo sabía con exactitud, más si sus compañeros decían que no había nada malo entonces así sería. Apunto de ingresar a su dormitorio fue detenido por la débil voz que reconoció al instante. Con una expresión serena dio media vuelta, encontrándose con su preciado amigo el cual tenía una extraña aura llena de temor y nervios.