Capítulo 2

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Narra Mónica: hace unos meses estaba oficialmente divorciada, y ya hacía un año que Vanesa vivía en Miami. Ni siquiera volvió por sus cosas, que se encontraban en su estudio. Pensé que enviaría a alguien a buscarlas, pero nunca sucedió y yo no me atrevía a tirarlas. Gestioné el dolor lo mejor que pude, pero por mi bien y el de mi niño, comencé la terapia. 

Al principio no me lo podía creer porque estaba muy acostumbrada  a depender de Vanesa en muchos aspectos, ella me daba siempre su apoyo y seguridad en todo, pero quizás cuando más me sentía presionada por el trabajo y el tema de Raquel, ella decidió no seguir en nuestra constelación y creo que tampoco mis actitudes ayudaron en ese momento. Pensé que era sólo un berrinche por celos y que volvería, pero no, solamente me envió después de varios meses los papeles del divorcio, qué firmé sin leer. Ella me explicó, que lo debía hacer por una cuestión de la discográfica, pero qué además me dejaba libre de cualquier problema. Me enojé mucho cuando recibí esos papeles, los firmé y no volvimos a intercambiar mensajes. Después me di cuenta que me había hasta borrado de sus redes sociales. Nunca habíamos tenido grandes discusiones y de hecho proyectábamos juntas absolutamente todo, pero en algún momento la relación comenzó a quebrarse, y ahora tengo claro qué ella no fue la única responsable, mi forma de ser, ayudando a otros cuando tenían  problemas y el creer que tenía mi matrimonio asegurado, impactaron en mi pareja, y debo decir qué descuidé mucho lo que habíamos construido, pero  ahora ya era tarde. Por lo general veía esas revistas de famosos, o alguna página en dónde había fotos de ella con alguna modelo y/o actriz del momento, aunque nunca la vi de la mano o abrazada, pero suponía qué  saldría con alguna. 

Mientras tanto el niño crecía muy bien, sobre todo feliz, y yo tenía un niñero qué me ayudaba en momentos donde el trabajo se intensificaba y ya no podía traer a mi niño a la radio. Seguía recibiendo las visitas de la madre de Vanesa, que muchas veces me ayudó con Adrián cuando era bebé, y se había encariñado mucho con el niño, ella estaba encantada, pero siempre me recordaba, por favor qué mi hija no se entere. Él niño le decía Yaya y ella se desarmaba. Mi vida sentimental dejó de existir el día que se fue Vanesa, el último beso en la boca qué recibí fue de ella, y la última vez que hice el amor también fue con ella, no tenía fuerzas para comenzar ninguna relación. Pero la psicóloga me aconsejaba que debía seguir adelante con mi vida y sobre todo salir con amigas y tener vida social. En éste pensamiento estaba cuando suena mi celular, era mi madre para saber si estaría en casa por la tarde. 

Madre de Mónica: Hola hija, estarás en casa, quiero ir a ver al niño!!

Mónica: sí mamá, hoy llegaré a eso de las 17 hs. Luego podemos ir a pasear por algún lado, qué te parece?

Madre de Mónica: sí genial, le he comprado un regalo al niño y tú hermano también le manda algo. Estoy ansiosa por verle. 

Mónica: bueno mamá , no quiero lo malcríen mucho, pero vale, te espero, besitos!!!

Escucho qué golpean la puerta de mi oficina: era mi empleada para qué firme unos papeles y para decirme qué ya estaba todo listo para las entrevistas qué tenía por la tarde. La radio era mi mundo, el lugar que me daba felicidad, nunca me voy a olvidar cuando Vane me la regaló. Aunque creció y ya era dueña de más de una emisora, tenía el corazón puesto en ese primer estudio qué ella con tanta ilusión compró para mí. Aún amaba esa locura de Vane, y sabía qué la persona que estuviese con ella realmente se sentiría feliz, como lo fui yo muchas veces. A pesar del tiempo no podía olvidarla, la seguía amando y me sentía una tonta por ello. En unas horas terminaría mi trabajo y saldría para casa, me apetecía mucho pasar una tarde con mi madre y el pequeño. 

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Narra Vanesa: estaba saliendo de la ducha y escucho el móvil que no para de sonar, seguro era mi madre!!! Levanté el móvil y vi que era Ana. 

Contando los días II (VANICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora